_
_
_
_
_

El entierro de Bobby Sands congregó en Belfast la mayor manifestación que se recuerda en el Ulster

Andrés Ortega

En un día gris y lluvioso, unas 100.000 personas, en una de las mayores manifestaciones que se recuerdan en el Ulster, acompañaron ayer en Belfast al cortejo fúnebre de Bobby Sands, flanqueado por una guardia de honor del IRA (Ejército Republicano Irlandés) Provisional. El masivo tributo público tuvo un carácter pacífico, y sólo al final se reprodujeron los incidentes de días pasados, aunque con menor violencia. Según Owen Carron, el agente electoral del que fuera elegido diputado británico hace exactamente cuatro semanas, Bobby Sands ha muerto en huelga de hambre en la cárcel de Maze por «la unidad de la patria irlandesa».

, En una misa corpore insepulto en la iglesia de San Lucas, en el barrio de Twinbrook, el sacerdote Sean Regan pidió una solución pacífica para los problemas de Irlanda. A la salida de la iglesia esperaba una guardia de honor de los provisionales del IRA, formada por siete hombres jóvenes y un comandante ya entrado en años, atuendados todos con guerreras de camuflaje, botas y pantalones militares y las boinas y pasamontañas que caracterizan a las actuaciones públicas de los miembros de esta organización.El féretro, cubierto con la bandera tricolor republicana, una boina y unos guantes negros, y precedido por dos gaiteros celtas, fue conducido a hombros de familiares y miembros del Sinn Fein hasta un coche. Entonces comenzó la larga procesión de cinco kilómetros que fue desviada para no pasar por el barrio protestante de Suffolk. La población católica, venida de todos los confines de la isla, se apiñó silenciosa para ver pasar a este cortejo en el que iba, apenado y sin saber bien lo que ocurría, Gerard, el hijo de ocho años de Bobby Sands. Al llegar a Andersonstown Road, tres hombres dispararon una salva en honor del voluntario del IRA.

En este día de luto, muchas de las tiendas, oficinas, fábricas y escuelas de los barrios católicos de Belfast y de muchas ciudades norirlandesas y del Eire permanecieron cerradas. El cortejo se puso en marcha a las dos de la tarde, y tres horas después llegó al cementerio de Milltown, donde, ante el panteón republicano, la guardia de honor, al son de unas trompetas, descargó el ataúd de sus hombros hasta la fosa de Sands.

El gran silencio que reinaba sólo era roto por los continuos disparos de las cámaras fotográficas y por el ruido de un helicóptero del Ejército que hacía así notar su presencia. El sacerdote pronunció una oración fúnebre y, tras declaraciones de líderes republicanos, el hijo de Sands echó un puñado de tierra sobre el ataúd, que posteriormente fue cubierto de coronas. La guardia de honor rindió homenaje al fallecido, pero en el cementerio no disparó las salvas que muchos de sus seguidores esperaban. En un momento dado, los ocho provisionales desaparecieron entre una masa de gente, que les ocultó con sus paraguas para poder así cambiarse de ropa. El hecho de que los provisionales puedan actuar tan impúnemente en estas ocasiones, cuando las fuerzas de seguridad habían sido masivamente desplegadas, puede indicar la difícil postura en que se encuentra el Gobierno británico.

Sin duda, el IRA Provisional ha logrado con esta muerte uno de los mayores éxitos propagandísticos de su historia, con el evidente apoyo de la población católica, con la presencia de la Prensa internacional y de varios diputados del Parlamento Europeo, entre ellos el irlandés Neil Blainey. Aunque las huelgas de hambre continuarán, no ha conseguido el estatuto político para sus presos, que ayer volvió a rechazar el secretario británico para Irlanda del Norte, Humphrey Atkins.

Mientras el cortejo, de tres kilómetros de larco, estaba en marcha, el líder unionista lan Paisley había conseguido congregar a miles de personas ante el Ayuntamiento de Belfast para una ceremonia en memoria de las víctimas del terrorismo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Por su parte, el Ejército Nacional de Liberación Irlandés (INLA) ha señalado que el joven que murió anteanoche en una explosión en la zona del mercado de Belfast, James Powell, de veintiún años, era uno de sus miembros.

La policía norirlandesa ha señalado que tanto el IRA Provisional como el INLA han escogido como posibles blancos a algunos líderes comunitarios en el Ulster, y, por tanto, pide al público que esté vigilante y alerta en los próximos días.

Tras finalizar la ceremonia fúnebre fueron incendiados numerosos vehículos, dos de ellos pertenecientes a periodistas gráficos. Como en ocasiones anteriores, hubo enfrentamientos entre republicanos irlandeses y la policía.

Por otro lado, el Gobierno británico tiene intención de presentar un proyecto de ley que impida la elección de un detenido como diputado, como ocurrió en el caso de Bobby Sands. Mientras tanto, el Parlamento Europeo adoptó una resolución que condena el terrorismo en Irlanda.

Según una información fechada en Bilbao, una delegación de la coalición abertzale vasca Herri Batasuna se desplazó ayer a Belfast para asistir al entierro de Sands.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_