Un concurso incorrecto
El procedimiento empleado para adjudicar los trabajos de «revisión del plan general de Alcázar de San Juan» (concurso convocado por el Ayuntamiento madrileño a través de este periódico, el 21-1-1981) ha sido, en nuestra opinión, incorrecto. Al no haber un pliego de bases definidas, se ha hecho la adjudicación de un modo arbitrario, dándose el contrasentido de que se haya puntuado a los concursantes en razón del plazo de tiempo y el precio ofertado, sin conocerse previamente la propuesta del contenido de los trabajos a realizar. De este modo, el Ayuntamiento ha quedado desarmado para controlar después la redacción del planeamiento urbanístico; o bien, en el caso de que plantee exigencias al equipo redactor, deberá hacerlo dePasa a página 12
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una forma caprichosa o discrecional.
Es de señalar, además, la falta de cualquier tipo de control en la adjudicación, al haberse eludido la participación de los organismos y entidades con competencias urbanísticas que, habitualmente, intervienen en estos concursos con voz y voto. Tampoco se ha contado con la participación pública local, que se encuentra inhabilitada para recurrir o alegar contra el fallo del concurso al no haberse arbitrado procedimientos para ello. Concuerda con lo anterior el hecho de que ha sido la comisión permanente, y no el pleno, quien ha emitido el fallo del concursillo (según denominación del propio alcalde), en contra, una vez más, del procedimiento habitual. /