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La larga "cumbre" del SPD no ha sacado de su crisis al Partido y Socialdemócrata alemán

Cuatro meses después de las elecciones generales alemanas del 5 de octubre, y tras una sesión de siete horas de la directiva del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), el presidente de éste, Willy Brandt, no logró anoche un apoyo cerrado de este gremio político a sus «cinco puntos» o, de otro modo, un pleno respaldo de los dirigentes del SPD a la política del canciller Schmidt.Cinco de los cuarenta miembros que integran la directiva socialdemócrata decidieron abstenerse. Brandt dijo ayer a la Prensa que algunos de los disconformes le habían dicho que tenían razones serias para no emitir un voto negativo sobre el programa conciliador del presidente del SPD, y esto pareció bastarle a Brandt para presentar el resultado de la sesión, que concluyó a las dos de la madrugada, como un éxito de su gestión.

El propio Brandt puntualizaría después que el resultado concreto de la reunión puede resumirse como una «clara fijación de las respectivas posiciones, dentro de un espíritu constructivo». Para un sector de la opinión, el más numeroso, la crisis socialdemócrata no se ha resuelto, ni mucho menos, con la iniciativa del presidente del SPD: si antes cabía hablar de «francotiradores» dentro del partido, ahora no parece descabellado imaginar una «guerra, de trincheras», o de «posiciones», en la que las dos tendencias básicas del SPD van a observarse con cierto recelo.

El 10 de mayo puede producirse la primera prueba de fuerza: ese día los berlineses occidentales deben optar entre un alcalde-gobernador socialdemócrata de la «línea Schmidt» o, por primera vez, un aspirante democristiano.

Uno de los cinco puntos de Brandt se refería exclusivamente a estas elecciones, cuya preparación exige una plena sintonía del partido con sus dirigentes. Brandt ha pedido también un «decidido apoyo a Helmut Schmidt y a su Gobierno» y la renuncia a «polémicas superfluas y especulaciones publicitarias».

En cuanto a los puntos conflictivos concretos que se discuten estos días en todos los niveles del partido, el presidente del SPD ha reafirmado la aspiración de su formación política -«el SPD continuará siendo un partido incómodo »- a la cogestión paritaria en las empresas, la opción alternativa en favor de la energía nuclear -con carácter subsidiario respecto del carbón-, el doble acuerdo de la OTAN sobre cohetes, de mediano alcance y negociaciones paralelas, y exportación de armamento.

Brandt es partidario de que se mantengan los criterios restrictivos vigentes.

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Base y directiva

El punto quinto, el más polémico, proponía un nuevo estilo de diálogo entre directiva y base. Al comenzar la sesión, el jefe del grupo parlamentario socialdemócrata, Herbert Wehner, había lamentado que en la directiva no hubiese nadie realmente interesado en conectar con la base militante, lo que había producido un verdadero riesgo de quiebra interna en el SPD. Brandt dijo a los periodistas que «la directiva en su conjunto coincide en querer evitar esta quiebra. Tenemos que hablar los unos con los otros», añadió Brandt, «y no los unos sobre los otros».De eso se trataba, según la izquierda. Después de una larga tensión subterránea en el Partido Socialdemócrata, al fin, dicen los primeros comentarios, la caja de Pandora se ha abierto y ya no se podrá cerrar. La izquierda sólo pretende que el SPD ejerza un mayor control efectivo sobre la línea del Gobierno, del canciller Schmidt, y que deje de ser considerado el «partido de la cancillería».

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