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La desmilitarización del Mediterráneo es clave para la seguridad de Europa

No puede existir una seguridad real en Europa si el mar Mediterráneo sigue siendo una zona de conflicto, donde se despliegan las bases y las flotas de las dos grandes potencias mundiales, afirma el documento final del simposio sobre «Paz y seguridad en el Mediterráneo" clausurado ayer en Fuengirola (Málaga).El simposio, en el que participaron representantes de veintiocho organizaciones políticas, socialistas y progresistas procedentes de una quincena de países ribereños, indica en sus conclusiones que el cese de la carrera de armamentos en el Mediterráneo es una condición previa para alcanzar la distensión en la zona, y estima necesaria la retirada de las flotas ajenas al Mediterráneo y el desmantelamiento de las bases militares extranjeras.

La cuestión palestina sigue siendo el problema central en la zona mediterránea, añade el documento final, y en el que se denuncia «la política de agresión llevada a cabo por él imperialismo americano y su aliada en la zona mediterránea, Israel». La solución, prosigue el documento, pasa por el reconocimiento de la OLP como único representante legítimo del pueblo palestino y por el reconocimiento del derecho a la autodeterminación y a la creación de un Estado independiente.

El simposio pide la aplicación de las resoluciones de la ONU y de la OUA sobre el Sahara occidental, en las que se contiene el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, «bajo la dirección de su representante único y legítimo, el Frente Polisario», y hacen una llamada a la negociación entre Marruecos y el Frente Rolisario.

El problema de Chipre es abordado en la declaración final desde el ángulo de las resoluciones de la ONU, que pide el cese de la ocupación extranjera como condición para el restablecimiento de la territorialidad, de la soberanía nacional del pueblo chipriota y de su estatuto de no alineado.

Entre las intervenciones españolas destacó la de Fernando Morán (PSOE), quien dijo en su ponencia que la política realista de los mediterráneos consiste en crear un sistema complementario de seguridad, constituido por acuerdos entre los países ribereños, de manera que, planteada una cuestión conflictiva en dos potencias regionales, las superpotencias no se vean obligadas ni tentadas a intervenir, imponiendo el acuerdo en base a sus intereses a las potencias regionales.

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