Se descarta un falseamiento del escrutinio
Los opositores al régimen uruguayo han planteado severas críticas al texto constitucional, han denunciado la inexistencia de igualdad de oportunidades a lo largo de ,la campaña y se han quejado del empleo abusivo de fondos públicos para la propaganda del sí, pero apenas han surgido voces que pongan en duda el acto electoral mismo. No puede decirse que se hayan detectado temores especiales ante un posible falseamiento del escrutinio o del desarrollo de la votación.A diferencia de lo ocurrido en Chile, la organización electoral de Uruguay se ha mantenido prácticamente intacta, con excepción de algunas purgas «por motivos ideológicos». La votación de hoy descansará sobre el mismo aparato electoral anterior al golpe y empleará métodos de votación idénticos.
La existencia de listas en cada colegio aleja el fantasma de las dobles votaciones y la propia oposición se ha encargado de difundir que en ningún caso podrá identificarse la papeleta que cada uno introduzca en el sobre.
La vigente prohibición de los partidos políticos impide la presencia de interventores en las mesas, pero se ha admitido la permanencia de observadores, y blancos y colorados confían también en poder efectuar un recuento paralelo
Más de 70.000 uruguayos están excluidos de la votación: 50.000 por pertenecer a las fuerzas armadas o a la policía, que tradicionalmente no han solido votar en este país, 7. 100 por sus ideas marxistas y 4.600 por sus vinculaciones con grupos armados, mayoritariamente por su presunta pertenencia al movimiento tupamaro.
