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"ROCK"

La tumultuosa gira Stiff en Madrid

La gira de grupos Stiff finalizó sus actuaciones europeas en el Pabellón del Real Madrid, después de que su anunciada presentación en San Sebastián se viniera abajo por las prevenciones de los promotores. Unas 3.000 personas había el pasado miércoles en el pabellón, un número magnífico, que crea ambiente sin llegar al apretujamiento inhumano.Eso sí, la actuación estuvo a punto de no celebrarse, porque los músicos y técnicos se habían entusiasmado con sus lechos portugueses (estaban en Oporto) más de lo debido, de manera que a las 18.30 horas aún no había un solo cable montado. Finalmente llegaron, y en una demostración de saber hacer, los técnicos de Stiff montaron el tingladillo en apenas una hora. De forma que todos contentos y felices para esperar, con hora y media de retraso, a los primeros.

Que fueron los ingleses de Tenpole Tudor. Un grupo fuerte, más o menos punkie y con un cantante (Eddie Teripole) espectacular, verdadero nieto de Iggy Pop. Con ellos comenzó a calentarse la gente, que observaría asombrada cómo el cambio de escenario (mínimo, eso sí) se realizaba en apenas cinco minutos, para dar paso a los Equators.

Estos son un grupo de la Jamaica inglesa, o sea de Handswort (Birmingham). Y no hacen reggae, sino más bien ska a todo trapo, pero poco imaginativo. Uno piensa que el personal se desorientó un pelo con ellos, pero tuvieron un par de detalles guapos con la melódica y se movían bien, como era de esperar.

Luego, y tras estratégicas escapadas al bar y sus aledaños, salieron Dirty Looks, unos neoyorquinos que serían los triunfadores de la noche. En primer lugar, los trios caen bien; emociona mucho ver y escuchar el ruido que pueden organizar sólo tres señores: parece que tiene más mérito. Y además es que llevaban una marcha interesante, que acabó con un I'm not your stepping stones (Monkees) absolutamente maravilloso y realizado con la ayuda de gente de Tenpole Tudor y Joe King Carrasco.A continuación los Any Trouble, otros que se lo montaron tan ricamente imitando con fruición al Costello. Buenas canciones, bien construidas y bien tocadas, con una balada final que el respetable no apreció en su justa medida.

Y, para acabar, nada menos que Joe King Carrasco y los Coronas, con el sonido más sucio de la tanda y una música que, excepto en contadas ocasiones, resultaba poco convincente. Para mi, fueron la decepción (que de todo tiene que haber) de la noche.

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