Insólita tolerancia
La noche-madrugada del pasado sábado fue, en el centro de Madrid, una irregular algarabía fascistoide. Un largo centenar de automóviles bloquearon la Gran Vía y calles adyacentes, no dejaron dormir a los vecinos de la zona, realizaron una ruidosa toma de la misma bajo la tolerancia y el consentimiento de la Policía Nacional, con escasas excepciones.Existen unas normas para evitar que las manifestaciones circulen por las arterias vitales de las ciudades, y no se cumplieron. Existen normas para solicitar y autorizar manifestaciones, y tampoco se cumplieron. Existen fuerzas de la seguridad del Estado para impedir que se formen concentraciones ilegales -aunque sean en caravanas de automóviles-, y en realidad hicieron la vista gorda. ( ... )
Si la policía sólo sirve, como este fin de semana, para ser cómplice pasivo de estos desmanes o para protegerse a sí misma y los organismos oficiales, vamos listos. ( ... )
De todas maneras, el enorme esfuerzo realizado por la policía en otros terrenos no puede quedar empañado por esta insólita tolerancia.
, 24 de noviembre
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