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Críticas a los viajes de Juan Pablo II

Juan Arias

Algunos de los colaboradores más íntimos del Papa han empezado a criticar aspectos sobre la organización de sus viajes, tanto por lo que se refiere al número de estos viajes como al modo de organizarlos.Por lo que se refiere al número de los viajes, el Papa ya ha respondido, en una de las últimas audiencias, que el sucesor de San Pedro es también sucesor de San Pablo y que, por tanto, el Papa siente el deber de ser «misionero entre las gentes».

Por lo que se refiere a la organización, se desearía que los viajes tuvieran menos oficialidad y que el Papa dedicara menos tiempo a las autoridades y más a la gente. Pero ya había respondido Wojtyla en Abidjan, conversando con los leprosos, cuando les dijo que el Papa tenía que emplear la mayor parte de su tiempo al encuentro con los «jefes religiosos y políticos», porque ellos tenían «las mayores responsabilidades».

Se le está pidiendo al Papa que haga menos discursos. Se desearía que, por ejemplo, en Brasil no haga como en los otros viajes, por lo que se refiere a la multiplicación de discursos a obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes, etcétera, en cada ciudad que visite. En Africa, de este modo, tuvo que pronunciar 72 discursos en diez días.

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