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Con cuatro millones se ha salvado de la ruina La Corrala de las calles del Sombrerete y del Tribulete

La corrala de las calles de Tribulete y de Sombrerete, que fue declarada monumento histórico-artístico de carácter local en noviembre de 1977 y que constituye un ejemplo vivo de la arquitectura típica popular madrileña, se han salvado de la ruina pronosticada por algunas entidades gracias a las obras que, pagadas por el ayuntamiento, se han realizado en el edificio.Las obras en cuestión han sido divididas en dos fases, correspondientes a los dos edificios que forman el conjunto histórico-artístico y que tienen su entrada, respectivamente, por la calle de Tribulete y la calle de Sombrerete. En total, suponen un desembolso de unos cuatro millones y medio de pesetas, que el ayuntamiento aporta en ejecución de la acción sustitutoria, toda vez que el propio propietario de los edificios, que actualmente vive en Valencia, se negó a realizarlas.

La corrala, que tiene su entrada por la calle de Sombrerete, está a punto de concluir sus obras. Han consistido, fundamentalmente, en reponer todo el sistema de saneamiento del edificio, que era el que, con sus filtraciones, estaba dañando la estructura de madera que soporta el edificio. Las maderas que habían resultado ya dañadas de forma irreversible han sido sustituidas. Además, los propios vecinos de la corrala han sustituido, por su cuenta, la gran cantidad de antenas de televisión que existían por una nueva colectiva.

La semana que viene podrían ser retirados ya los andamios de la corrala de la calle de Sombrerete y trasladados a la de Tribulete, en la que podrían empezar las obras de consolidación. Una vez hayan concluido éstas, el apeo realizado hace unos cinco años podrá ser retirado, con lo que también este edificio recobrará su aspecto original y tradicional.

El propietario de la corrala, una vez que el ayuntamiento le denegara su petición de que el edificio fuera declarado en ruina, recurrió ante la Audiencia Territorial, en la que, en estos momentos, se encuentra el expediente, a la espera de que sea celebrada la vista.

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