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La Gerencia de Urbanismo ha recopilado la información urbanística madrileña

La Gerencia Municipal de Urbanismo ha concluido el trabajo básico de la información urbanística de Madrid. El trabajo, que ha recibido el nombre de Siplam -síntesis de planeamiento de Madrid- consiste en la recopilación de toda la planificación urbanística referida al término municipal. Gracias a él, a partir de ahora podrá saberse de forma casi inmediata qué tipo de planeamiento es el que afecta a un determinado terreno y qué posibilidades de ejecución tiene.

Sobre Madrid existen gran número de planificaciones urbanísticas distintas, desde el Plan General, redactado en el año 1963, hasta el más pequeño proyecto de edificación, pasando por los planes parciales que modifican el Plan General.A pesar de esa complejidad normativa del urbanismo, mayor si cabe en una ciudad de las dimensiones de Madrid, no ha existido hasta ahora un organismo que fuera capaz de recopilar toda la información referida a él y que sirve, en teoría, para facilitar o restringir, según los casos, y garantizar siempre el desarrollo urbano de la capital. El abandono a que ha estado sometida esa información durante años -desde la creación, en los años cuarenta, de la ya desaparecida Comisaría de Urbanismo- ha convertido el trabajo ahora culminado en una especie de labor arqueológica, acometida por todos los integrantes del departamento de Planeamiento.

El trabajo va a ser dividido ahora en los dieciocho distritos municipales que forman la ciudad, para que en cada junta pueda existir la información urbanística básica referida al distrito en cuestión. Esto, unido al próximo pase de varios técnicos de la Gerencia a la nómina de las juntas de distrito, podrá suponer el primer paso en el proceso de descentralización propuesto para el Ayuntamiento madrileño.

A pesar de lo difícil que ha sido conseguir que Madrid contara con esa recopilación de todo el planeamiento que supone el Siplam, éste no constituye más que un primer paso, camino de conseguir que el ciudadano de todo orden pueda disponer de toda la información urbanística madrileña. A partir de ahora, según las intenciones de la Gerencia, se abre un proceso que habrá de llevar, en una segunda fase, al conocimiento inmediato del grado de ejecución jurídica en que se encuentra ese planeamiento; es decir, si un terreno determinado cuenta conjunta de compensación o no o si ha sido concedida alguna licencia de construcción que suponga el principio de la ejecución de ese planeamiento.

La tercera fase, que habrá de completar la información, permitirá conocer, con la misma rapidez, en qué grado de ejecución está el planeamiento, en función de las licencias de obra concedidas anteriormente. Dicho de otra forma: se podrá saber qué edificios hay en un polígono urbanístico, cosa que hoy es difícil saber si no se desplaza uno al lugar exacto. Y aun así resulta bastante complicado llegar a saber si un determinado edificio ha sido construido legalmente o no.

La disponibilidad de todo ese cúmulo de información urbanística -a la que habrá de añadirse la referida al patrimonio municipal y a las expropiaciones en curso, actualmente en estudio- necesita, de todas maneras, una ubicación física.

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Tanto la Gerencia como Coplaco -el área Metropolitana- están interesadas en la creación de esa oficina del plano. Pero, aunque Coplaco dispone de los recursos económicos suficientes como para acometer la empresa, la existencia del organismo está en cuestión. Gerencia no tiene el dinero necesario, pero tiene ya en marcha el proyecto gracias al Siplam. El futuro inmediato habrá de dar la solución; pero lo cierto es que las relaciones instituciónales actuales -entre la izquierda municipal y la Administración central- no son lo suficientemente cordiales como para pensar en un acuerdo inmediato.

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