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B. B. King, en el festival de jazz de San Sebastián

Mábel Galaz

Ayer se clausuró en el campo de deportes de Anoeta el XIV Festival Internacional de Jazz de San Sebastián, que se inauguró el pasado viernes. El festival de este año ha superado en cuanto a calidad y presencia de público al del año anterior, en el que a última hora fallaron muchas de las actuaciones previstas. La apoteosis del festival se produjo el domingo, cuando actuó ante más de 7.000 personas B. B. King, con su banda de blues.

La presencia de B. B. King en el festival, a juzgar por el numeroso público que había en Anoeta, fue la más esperada. El grupo que dirige King ofreció todo un espectáculo, más propio de un grupo blanco que de una banda de color. Defraudó algo la actuación de King, que se limitó a hacer sus numeritos en el escenario la vez que repetía su nombre y hacía, a continuación, una serie interminable de elogios acerca de su persona. La música que ofreció se convirtió en puro espectáculo, haciendo temas estridentes de los que la mayor parte no lo eran. No supo, en definitiva, ganarse al público entendido, pero sí arrancar algunas palmas de algún sector de los asistentes.Al igual que ocurrió el domingo, el sábado Anoeta registró un lleno absoluto para presenciar la actuación de Wlady Bas y del cuarteto Jordi Sabater y de Música Urbana, tres de los grupos más representativos del jazz nacional.

El cuarteto Wlady Bas fue el que más llegó al público. Inició su actuación con blues, para terminar con temas más alegres. El tema más aplaudido fue Israel, al que el público ovacionó, especialmente al batería del grupo, que ambientó muy bien los temas.

Jordi Sabater hizo dos temas en solitario, compuestos por él, al piano. Sabater, una vez más, demostró de lo que es capaz de hacer con el piano, para terminar su actuación con el cuarteto. Hay que destacar la interpretación de Fliscorneio, de Lee-Simon.

La primera sesión del festival, como ya es habitual, estuvo reservada a los grupos aficionados. Seis grupos estaban anunciados, pero al final sólo actuaron cinco. El primer grupo en aparecer en el escenario fue el conjunto de jazz moderno The Tony Leigh Quintet, que tuvo una actuación bastante floja. El grupo alemán Quartet Brass interpretó un tema inicial titulado Interruptus, que sirvió al público para conocer las posibilidades del grupo. Pero la actuación que más gustó fue la del grupo catalán Jazz On, que recibió el premio al mejor grupo aficionado del festival. Jazz On tributó a lo largo de su actuación un homenaje a Charlie Parker.

La sorpresa en este apartado del festival la dio el grupo alemán. La formación, que en principio se componía de cinco músicos, quedó reducida a dos miembros, que se llevaron el premio compartido al mejor solista. El festival finalizó con la actuación de Dave Brube, que es un claro exponente del jazz americano. Este ha recibido en su país, Estados Unidos, gran número de premios, pero siempre sus actuaciones como la de ayer están rodeadas de fuertes polémicas. Completó la jornada de ayer el grupo aficionado Jazz On, ganador del premio al mejor grupo aficionado del festival.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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