_
_
_
_
_
Entrevista:

Ronald Fraser: "Mi libro tratar de restituir la historia al pueblo español"

Ayer se presentó en Madrid la obra Recuérdalo tú, y recuérdalo a otros, estudio histórico sobre la guerra civil española, de Ronald Fraser. Dos volúmenes editados por la Editorial Crítica, del grupo Grijalbo, que fue presentado por Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, y en los que, sin duda, el rasgo distintivo del trabajo radica en su propia metodología: más de trescientas encuestas con un enfoque que bordea lo etnográfico y una concepción historiográfica.

«Este libro -declaró Ronald Fraser- está basado en las experiencias de más de trescientas personas, desde grandes de España y propietarios de tierras, a jornaleros, industriales, obreros, curas, amas de casa y niños; estos dos últimos grupos me interesa subrayarlos. Pasé dos años, entre 1973 y 1975, recorriendo el Estado español y buscando como testigos a la gente corriente. Para mí esta palabra, «corriente», tiene un significado especíal. La gente corriente es la que no deja constancia de su existencia en documentos o escritos. Es la gente que hace la Historia y que la sufre, pero que no aparece en los libros de historia tradicionales.»«Mi propósito entonces -añade Ronald Fraser- era restituir su historia a esta gente y, a través de ello, al pueblo español. En una palabra: historia oral, para mí, significa historia del pueblo o historia popular.

-Puesto que la metodología es distinta a la habitual, ¿las diferencias entre su libro y los estudios tradicionales son importantes?

-Este libro mío -responde el autor- es la Historia vista desde abajo, y las otras historias suelen ser las de los acontecimientos políticos, militares, etcétera. Creo que difieren en mucho, porque a través de mi método he podido captar las raíces profundas de la guerra y de las razones de la guerra a través de los testimonios, y esto porque las raíces, a mi modo de ver, estaban en las formaciones sociales españolas de los años treinta y, más concretamente, en la lucha de los intereses de clase. Esta lucha queda muy bien reflejada en el ambiente que surge de las memorias del abanico de los testigos que ya he citado.

-¿Existen algunas constantes en las respuestas de los entrevistados en lo que se refiere a las posibles razones que causaron la guerra civil?

-Creo que efectivamente surgen una serie de razones con constancía, aunque cabe la posibilidad de que yo efectuara una cierta abstracción de las respuestas en función de coordenadas ideológicas. De un lado, había una revolución social en potencia que no cuajaba. De otro, cuajaba el temor de la potencia que podría llegar a concretarse. Dicho con otras palabras: la lucha de clases había llegado a tal punto que las clases dominadas no querían seguir siéndolo y las clases dominantes, ante el temor de la posibilidad de dejar de serlo, escogieron una salida que les garantizara su supervivencia como tal, una solución militar.

-¿Cuáles serían entonces las razones que causaron la guerra?

-A mi juicio, hay que buscar las razones en varios factores: una división muy profunda en las organizaciones de la clase obrera; las divisiones entre la misma clase obrera, concretamente entre el proletariado industrial y el proletariado rural; las divisiones dentro de las mismas organizaciones, principalmente dentro del PSOE y del anarco-sindicalismo; el desarrollo desigual del capitalismo español, que influía en muchas de estas divisiones y la ausencia casi absoluta de teóricos que estuvieran a la altura de las circunstancias.

-Esto en lo que atañe a las razones de la guerra. ¿Cómo se podría explicar el origen de estas razones; es decir, de esta división de las organizaciones de trabajadores?

-Bien, creo que para explicar esto, para poder explicar el porqué de tanta división entre las organizaciones de las clases dominadas, sería necesario un estudio mayor de las propias historias de dichas organizaciones, sobre todo de su comportamiento antes de la guerra, estudios imprescindibles para comprender la guerra civil española, y que creo que todavía no se han hecho.

Superar a través del conocimiento

Por su parte, Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, señaló que «la única manera de superar la guerra civil es conocerla, no olvidarla. Creo que hay una actitud común en las generaciones que participaron en la contienda de olvidarla, y es curioso que probablemente la gente que no la hicimos tenemos mayor interés en conocerla y estudiarla. La única forma de superarla es estudiándola».«El libro está estructurado de una manera similar a Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis. Quizá lo que llame el interés de una manera más notable, por infrecuente, sea la, atención que se dedica al proceso revolucionario del movimiento libertario en Cataluña. El libro es muy ameno, se lee casi como una novela, y sobre el contenido, sobre la posible lección que se pueda desprender de su lectura en los tiempos actuales, se ve de manera evidente que el conflicto fue una guerra de clases y una guerra de religión. Todo el mundo entrevistado coincide en el carácter determinante de estos dos factores para explicar el origen de la guerra y su posterior desarrollo.»

«Los perdedores -añade Juan Luis Cebrián- reconocen el error que supuso la beligerancia radical hacia la Iglesia y la enseñanza religiosa. Sobre este tema existe un anecdotario impresionante. Otro de los grandes temas que trata extensamente Fraser es el de la historia de la represión en los dos lados. Está muy bien contada y vemos cómo la represión en el bando nacional fue, más metódica y «científica» que en el bando republicano, que fue más arbitraria y pasional. Hay que poner de relieve la división de la izquierda y la sensación de que en este país cada vez que se inicia un proceso democrático surgen unas fuerzas centrífugas muy importantes, una gran tendencia a la dispersión. La derecha, por el contrario, fijó claramente el carácter prioritario del triunfo en la guerra, lo que no hizo la izquierda.»

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_