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El Papa, en Roma, califica su viaje de "peregrinación de fe"

El papa Wojtyla regresó ayer a Roma a las 16.57 de la tarde (hora de Madrid), después de recorrer 28.000 kilómetros por América Latina durante siete días y tras haber protagonizado un giro apostólico a la orientación teológica de la Iglesia en dicho continente.El Papa en sus primeras declaraciones al pisar el aeropuerto de Fiumicino, calificó de «peregrinación de fe» este primer viaje de su pontificado. Al sobrevolar al territorio español, ayer por la tarde. Wojtyla envió un telegrama a Juan Carlos I, en el que resaltó las vinculaciones «lingüísticas, religiosas y culturales» de España con América Latina.

A su llegada al aeropuerto Juan Pablo II fue recibido por el primer ministro dimisionario italiano, Giulio Andreotti, que le dedicó unas palabras de bienvenida. Posteriormente. Wojtyla le contestó y le dijo que «con las gentes de Latinoamérica he rezado por un mundo más pacífico más justo y más humano».

Recordó a la Iglesia mexicana y añadió que «en América Latina hay que tener en cuenta las situaciones sociales y, la diversidad de pueblos, respetando cada uno en su humanidad y peculiaridad».

Por otro lado, Juan Arias, enviado especial de EL PAIS al viaje del Papa, telegrafía desde Puebla que el viaje de Juan Pablo II a México, con el entusiasmo y desbordamiento popular, había hecho casi olvidar el «gran concilio» de la Iglesia en América Latina de Puebla, que había sido el motivo oficial de la venida del Papa a estas tierras, es decir, inaugurar esta tercera conferencia continental de obispos.

Los organizadores de este gran acontecimiento eclesial que se realiza cada diez años se habían sentido relegados y, hasta ofendidos, hasta el punto que no han aceptado como acreditación las hechas en ciudad de México para la visita del Papa: «Esto es otra cosa». dicen con cierto tono polémico los organizadores.

Pero despedido el Papa, toda la atención periodística se ha trasladado a esta preciosa ciudad colonial, donde cada rincón habla de España. El sol hace más visibles los campanarios de las trescientas Iglesias (tantas como obispos hay en la conferencia, dicen aquí).

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