Hoy comienza "Raíces", la historia del pueblo negro en Estados Unidos
Con el primer episodio de hora y media que se emite a las 22.30 horas de esta noche en el espacio Grandes relatos (en sustitución de Yo, Claudio), con el best-seller en quioscos y librerías, todo está listo para que los usuarios de TVE asistamos a lo que ha sido denominado «el mayor acontecimiento en la historia de la televisión»: Raíces. Telefilme norteamericano que algunos comparan. a La cabaña del tío Tom o Lo que el viento se llevó, de los años setenta.La abuela Cynthia le contaba al pequeño Alex Haley, en Henning, locafidad de Tennessee, la historia de su familia hasta llegar, seis generaciones atrás, a la memoria de «el africano». Alex Haley comenzó a escribir relatos a los diecisiete años cuando era mozo de un guardacostas. Ocho años más tarde se publicó su primer trabajo y después de veinte (1959) apareció su primera entrevista con el trompetista negro Miles Davis en Playboy. Escribió con éxito la Autobiografía de Malcom X, líder del poder negro, y volvió a los relatos de la abuela Cynthia, con la intención de transformar la fábula en la historia de su propia familia.
El anticipo de 350.000 pesetas del editor Doubelday y la asignación mensual de 21.000 pesetas del Reader's Digest, después de doce años de viajes e investigación, permitieron que el periodista y escritor negro de piel clareada por la mezcla de sangres descubriese en Gambia que «el africano» era Kunta Kinte, de la tribu de los Mandingo. Kunta desapareció un día cuando buscaba un tronco de árbol para fabricarse un tambor. Y Alex Haley decidió que aquello había sucedido en el verano de 1767. Una nave negrera inglesa, la Lord Ligonier había zarpado el 5 dejulio de 1767 con dirección a Annapolis (Maryland). Llegaron sólo 98 de los 140 negros esclavos. Kunta era uno de los capturados por los soldados ingleses. Se le dio el nombre de Toby y vivió en una plantación de algodón en Carolina del Norte. «Había encontrado mis raíces, las mismas raíces de millones de negros americanos. Y escribí el libro.»
Más tarde, el propio Alex Haley reconocería haber plagiado la obra El africano de Harold Courlander y los ingleses desmentirían la existencia del supuesto barco Lord Ligonier. En Estados Unidos se vendieron casi tres millones de ejemplares de la novela Raíces (Roots), fue traducida a treinta idiomas y utilizada en 276 colegios y universidades. En Italia, después de ser rechazada por Einaudi y Mondadori, se adjudicaron los derechos a Rizzoli por tres millones de pesetas. A partir de la emisión de la serie por la televisión italiana, las ventas se estabilizaron en 5.000 ejemplares diarios a setecientas pesetas (idéntico precio de la edición española de Ultramar). Alex Haley se convirtió en uno de los escritores más conocidos y ricos de Estados Unidos. Como recuerdo de los años de miseria y hambre, Alex Haley conserva en su lujosa suite (Kinte Corporation) de Los Angeles una composición con dos latas de sardinas y dieciocho centavos, el patrimonio que tenía quince años antes de escribir Raíces. Para el escritor, la clave del éxito de su obra está en haber dado «sentido de identidad a los negros americanos y en haber descubierto la certeza de que nuestra historia está trenzada con la historia de los blancos. No es otra historia» (declaraciones a Corrado Incerti, del semanario italiano L`Europeo).
La Warner Brothers -la Columbia había perdido los derechos de adaptación-, por iniciativa del productor ejecutivo David L., Wolper (desde 1958 a 1978 ha patrocinado la producción de 525 películas, la mayoría documentales para la televisión), produceen 1976 la adaptación de la novela que ya había sido galardonada con un premio Pulitzer. David L. Wolper (nacido en enero de 1928 en Nueva York), al igual que Alex Haley, se convirtió en productor multimillonario después de haber ganado sus primeros dólares como camarero.
Se rodaron las doce horas de la serie (TVE las distribuye en diez episodios, ocho en la emisión por la cadena ABC) con un presupuesto de 420 millones de pesetas. Intervienen en la serie 120 actores y 540 personas entre personal artístico, técnico y auxiliar de producción (según el cast completo de actores y los títulos de crédito de producción, publicados por David L. Wolper en el libro The inside story of TV's Roots).
El telefilme se emitió durante ocho noches consecutivas (se inauguró así la emisión diaria de los episodios seriados) desde el día 23 al 30 de enero de 1977. Raíces batió los rating de audiencia en toda la historia de la televisión norteamericana, que ostentaba hasta entonces la película Lo que el viento se llevó (noventa millones de telespectadores, emitida en dos partes los días 7 y 8 de noviembre de 1976; datos publicados por Jesús Hermida en el semanario Tele-Radio). La emisión fue seguida por una media de ochenta millones de personas, que se elevó a 130 millones de telespectadores en el último episodio (la audiencia europea asciende, de momento, a 75 millones de telespectadores).
La clave del éxito y el estudio de este fenómeno sociológico están todavía por investigar, pese a numerosos trabajos de sociólogos, periodistas y ejecutivos de la producción. La serie superó las expectativas de los veinticinco millones de negros norteamericanos. El productor niega que se deba a la mala conciencia blanca y a la catarsis liberadora de culpa o al hecho de que durante los días de emisión se registraron las más bajas temperaturas del año en buena parte del territorio de Estados Unidos, o porque muchos telespectadores habrían encontrado connotaciones sexuales ante la idea de un ser humano poseído por otro ser humano,como invocaron algunos «psicólogos de la esclavitud». Por primera vez en la televisión americana se ofrecía un telefilme sobre la hístoria de la población negra, desde el mercado de esclavos hasta la liberación. El gran despliegue de la campaña de publicidad y la programación en días consecutivos han podido contribuir también, además del esfuerzo de producción, al éxito de Raíces. David L. Wolper cree más bien que el éxito se debe a que la, familia negra protagonista de la serie posee «todas las cualidades que nosotros admiramos en los seres humanos: fe, coraje, honor y devoción familiar. La gente tiene hambre de información y sed de conocer. Raíces ha sido una extraordinaria experiencia educativa, contada de forma dramática y emocional».
La crítica norteamericana ha sido unánime en cuanto a elogios, de tono monumental, épico y espectacular, salvo Richard Schickel (del semanario Time) y John O'Connor (New York Times), tachados, por el productor, de minoría intelectual y sofisticada. La serie ha sido galardonada, entre, otros premios, con ocho Emmys (el Oscar de la televisión) y se está rodando una segunda parte con el debut en televisión de Marlon Brando.
Raíces llega a nuestras pantaAlas cuando TVE está en la peor crisis de su historia. Después de la restauyación canora de Luis Aguilé, emitida entre losjuegos y regalos de Fantástico y el erotismo a media pierna de Sumarísimo, cuando la hacienda de Prado del Rey está al borde del colapso, es posible que Raíces -nos acompañará durante la larga vigilia electoral- desintoxique a la masa de las presiones de los comicios televisuales, de la manipulada información de telediarios y «especiales informativos» y remedie un poco el asco colectivo de la audiencia.
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