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Francisco Umbral publica "Ramón y las vanguardias"

"La vigencia de Ramón es enorme e insospechada"

Juan Cruz

Francisco Umbral presentará mañana, en la Casa del Libro de Madrid, una nueva obra suya, Ramón y las vanguardias, que ha sido publicada por Espasa-Calpe. El estudio que Umbral ha hecho sobre la vida y la obra de Ramón Gómez de la Serna está en la línea de anteriores biografías suyas, entre las que hubo una dedicada a Larra, otra dedicada a Lorca y una tercera sobre Byron.

Ramón Gómez de la Serna es uno de los escritores españoles que de manera más clara han gravitado sobre el estilo vital y literario de Francisco Umbral, cuya obra transparenta esa influencia sólo cuando Umbral se lo propone. «La vigencia de Ramón Gómez de la Serna es enorme e insospechada, sobre todo en escritores hispanoamericanos, más que españoles. Sé advierte, por ejemplo, en narradores como Fernando del Paso y como el propio Julio Cortázar. Pero es una vigencia subterránea, inconfesada, de modo que a él no le recuerda nadie, pero aparece en todos. Una cita de memoria que podía hacer de Cortázar es esa en la que dice, más o menos, que la novela que está leyendo sigue su curso sobre la bicicleta de sus gafas. En otra ocasión dice que aquel músico tocaba las notas de música de las manchas de tinta en el secante.» Para Francisco Umbral, Ramón Gómez de la Serna no sólo ha ejercido una influencia personal sobre un buen número de escritores, sino que ha marcado el siglo.«Yo he pasado años siendo ramoniano -dice Umbral- porque no sabía ser de otra forma. Ahora lo soy cuando quiero. Hay un mundo ramoniano en mí y yo lo despierto cuando me apetece. Ser ramoniano es hermosísimo. Es jugar a ver el mundo como lo contemplaba Ramón. Jugar al viejo juego de los surrealistas y pensar con imágenes y no con ideas.»

Un humorista para poetas

Hay ramonianos secretos, entre los que Umbral no se encuentra. La herencia de Ramón, dice el autor de su biografía, no comenzó tras la muerte del escritor, sino que se advirtió ya en poetas de la generación de 1927, como el primer Lorca, como Gerardo Diego. «A Ramón, en general, lo heredan más los poetas que los prosistas.»La razón para que sean los poetas los que heredaran a Ramón Gómez de la Serna es obvia para Francisco Umbral: «Es que Ramón era un poeta. Su prosa, su escritura, sirven mejor para construir un poema que para articular una novela. Por eso sus relatos son malos.»

La publicación de Ramón y las vanguardias coincide con la reedición, hecha también por Espasa-Calpe, del libro que Ramón Gómez de la Serna escribió sobre su contemporáneo Salvador Dalí. «La coincidencia de ambas publicaciones -dice Umbral- obedece a un puro azar editorial. De cualquier modo, Dalí y Ramón son espíritus muy afines. En el caso de Salvador Dalí, Julio Cortázar le ha retratado muy bien en Último Round. Le ha comprendido sin prejuicios, olvidando que existen las izquierdas y las derechas. Dalí es un hombre genial, comer artista y como personaje. Durante casi todo el siglo se ha pasado haciendo, de manera consciente, la caricatura del dandy

«Ramón y las vanguardias, como casi todos mis libros sobre escritores, no supone una aportación erudita o profesoral, porque yo no soy nada de eso. Es el paseo de un escritor por otro escritor. Lo que más me interesa en este libro sobre Ramón -dice Francisco Umbral- es el individuo, sus motivaciones humanas y psicológicas para decidir estar en el mundo como escritor. Mi análisis de Ramón no tiene que ver con el psicoanálisis o el psicologismo.»

Cada vez que Francisco Umbral ha estudiado la biografía de un autor, el público ha tendido a identificar al biógrafo con el biografiado. Se produce, según él, lo que Jean-Paul Sartre decía con respecto a los imitadores: toda imitación es una posesión. «El biógrafo -dice Umbral-, siempre se halla poseído por el biografiado. Yo he elegido a escritores que me tenían poseído literaria o humanamente. Por eso no es extraño que se produzca una confusión entre biógrafo y biografiado.»

Pero hay diferencias esenciales entre Ramón y Umbral. «Para mí -afirma el biógrafo-, la diferencia más radical es que Ramón se propone ser feliz, furiosamente feliz, metido dentro de la literatura. Esto a mí me queda lejos. Yo no tengo aquel optimismo de gordo que tenía Ramón, quizá porque todavía no soy gordo.

Escribir un libro, pagar una deuda

Sin embargo, mi óptica del mundo puede ser la misma que usó Ramón. Creo que tengo la capacidad de ver el mundo con una visión plástica. Yo puedo traducir a imágenes incluso el pensamiento filosófico-científico. Ramón tenía también una gran capacidad para traducir el pensamiento en imágenes. Por eso la suya era una literatura tan abultada, tan en relieve.»Umbral considera que Ramón Gómez de la Serna «no cultivó otra cosa que la literatura en estado puro, mientras que yo esto me permito ejercitarlo en mis libros. Comprendo que en los periódicos hay que ser funcional, y no hacer ramonismo, aunque a veces defina con un golpe de ramonismo lo que no puedo explicar en mil palabras. Que una imagen vale más que mil palabras es evidente sobre todo en la poesía y en Ramón».

«Hacer un libro sobre un señor -afirma Francisco Umbral- no significa que se viva bajo la estrella de ese señor.» Umbral ha tenido unas fijaciones en su vida, y entre ellas ha estado la de Ramón Gómez de la Serna. «Yo tenía una enorme deuda con Ramón. Lo que hago en este libro es volver un poco a mis fuentes, confesar mis preferencias primeras y mayores, pero si profundizo en el fenómeno literario y aclaro lo que es mi propia obra tendría que decir que, por supuesto, mi literatura no es la de Ramón.»

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