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La Constitución enfrenta a nacionalistas y socialistas en el Pais Vasco

Las posturas abiertamente enfrentadas de los dos partidos mayoritarios de Euskadi, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se manifestaron públicamente el pasado domingo a través de las declaraciones de portavoces destacados.Mientras el diputado nacionalista guipuzcoano Xabier Arzallus aseguraba en Pasajes de San Pedro que «va a ser muy difícil decir sí a la Constitución mientras no quede muy, claro que somos los vascos quienes cedemos parte de nuestra soberanía al Estado, y no al contrario», en la localidad de Anzueola el senador del PSOE Enrique Iparraguirre- criticaba a quienes mantienen posturas autonomistas testimoniales; aseguraba que el articulado del proyecto constitucional dedicado a las autonomías es tremendamente esperanzador, pudiendo permitir a Euskadi niveles importantes de autogobierno, y subrayaba que, en su opinión, el proyecto actual «permite gobernar a los que quieren romper radicalmente con el pasado».

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La divergencia con el proyecto constitucional entre dos partidos ,que recogieron la mayoría de los votos de Euskadi el 15 de junio y que presentaron sus candidatos al Senado unidos a una coalición denominada precisamente Frente Autonómico, podría agudizar las tensiones que comenzaron a manifestarse con motivo de la elección del presidente del Consejo General vasco.

Si la asamblea nacional que el PNV piensa convocar para decidir definitivamente su postura se pronuncia negativamente, la Constitución española puede sufrir un serio revés en Euskadi, ya que las masas nacionalistas coincidirían en su rechazo con la izquierda abertzale y otros grupos, como EMK y OIC, que ya se han pronunciado, y cuya influencia no es despreciable. Quizá por este motivo, Iparraguirre no se ha privado de señalar con transparencia al PNV, aunque sin mencionarlo, acusándolo de que sus posturas «no conducen más que a encrespar los ánimos en ciertos sectores radicalizados y a fomentar posibles situaciones de frustración».

Casi simultáneamente, Arzallus reivindicaba nuevamente el pacto foral de los vascos con la Corona, considerando un derecho la posibilidad de establecer acuerdos directamente con el Estado. Arzallus se quejó de que cuando el PNV pide la autodeterminación se le acusa de secesionismo y si reclama el histórico pacto con la Corona se le quiere hacer ver que se trata de una fórmula arcaica e inservible. Recientemente el secretario del PSOE en Euskadi, José María Benegas, había declarado que un pacto con la Corona a estas alturas evoca concepciones absolutistas y medievales.

Aunque los nacionalistas no quieren precipitarse y recuerdan que falta una parte importante del proceso constitucional, se muestran pesimistas sobre los resultados finales y se lamentan repetidamente de la soledad en que quedaron frente a todos los demás grupos parlamentarios. Parece dudoso que las diferentes reivindicaciones autonómicas puedan llevarlos a romper su entente cordial con el PSOE, pero muchos militantes no verían con malos ojos una nueva estrategia, más abierta a la colaboración con la amplia gama de partidos situados en la izquierda abertzale.

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