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Los sindicatos franceses mantendrán su independencia de los partidos

Sea cual fuere el resultado de los comicios legislativos de marzo del 78, las centrales sindicales francesas están decididas a mantener su independencia. Durante los últimos días, en vísperas de la «cumbre» de los firmantes del programa común, este miércoles inmediato, los cuatro sindicatos que representan la casi totalidad de los trabajadores franceses se han manifestado en tal sentido.Las dos centrales más importantes, la CGT (comunista) y la CFDT (socialista autogestionaria) lo han hecho con más vigor, advirtiendo a los partidos de izquierdas sobre el carácter «intocable» de sus reivindicaciones en el caso de victoria de la Unión.

En vísperas de la reunión decisiva, que celebrarán mañana los líderes de los tres partidos de la oposición de izquierda, las dos centrales más representativas, la CGT (cerca de tres millones de afiliados, según cifras oficiales) y la CFDT (un millón largo de adherentes), han anticipado a los partidos de la Unión sus intenciones en caso de victoria en marzo, del año que Viene.

Las críticas son más concretas por parte de la CFDT, considerada más independiente, respecto a los partidos políticos, que el caso de la CGT, para muchos «correa de transmisión» del PCF. Sin embargo, su unanimidad es total cuando se refieren a lo menguado de las medidas sociales, en favor de los obreros, preconizadas por socialistas y comunistas: «De ninguna manera consentiremos mañana a la izquierda los sacrificios que hoy rechazamos a la derecha», declaró el secretario general de la CGT, Georges Seguy, coincidiendo de manera total, en este aspecto, con las críticas severas de su homólogo de la CFDT, Edinorid Maire. Ambos, igualmente, han denunciado la « insuficiencia ». y la «ambigüedad» de los socialistas, especialmente en materia de impuestos sobre el gran capital, sobre los altos salarios y a propósito de la duración de la jornada de trabajo y de las nacionalizaciones.

El señor Maire va más lejos que el líder de la CGT. Sobre la cuestión nuclear, uno de los puntos de fricción entre comunistas y socia listas, estimó que «la actitud de los partidos de izquierdas implica la aceptación del riesgo de confrontación nuclear, nosotros no nos resignaremos». Si, por otra parte, criticó la política económica del programa común, como su homólogo cegetista, el secretario general de la CFDT no dudó en afirmar que los partidos de izquierdas, a lo largo de las discusiones públicas que mantienen desde el pasado mes de mayo, «están dejando de lado lo esencial» porque, en su opinión, no se trata sólo de nacionalizar y de aumentar más o menos los salarios, «hay que cambiar el tipo de desarrollo, dando poderes de intervención reales a los asalariados y extendiendo los poderes de los ciudadanos en sus ciudades».

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