Andreotti intenta abordar el problema del orden público sin leyes excepcionales
El orden público sigue siendo el problema principal del Gobierno Andreotti. Ayer el premier convocó a una reunión cumbre en villa Madama, una finca del Ministerio de Asuntos Exteriores. Además de los ministros competentes asistieron los comandantes supremos de los carabineros (o guardia civil), de la guardia de Hacienda y de la policía.Sabido es que comunistas y socialistas en el Parlamento no darán nunca «luz verde» a Andreotti para recurrir a leyes excepcionales. Andreotti trata de lograr lo mismo con decretos-leyes y perfeccionando las leyes existentes. Se trata no sólo de equipar mejor a las fuerzas del orden, sino de concentrar y acelerar los procesos y de organizar más y mejor la prevención que la represión.
Mientras tanto, las evasiones de las cárceles siguen a la orden del día: ayer se escaparon de una prisión de Milán seis bandidos de la famosa banda Valanzasca. Una encuesta administrativa tendrá que explicar cómo los delincuentes lograron introducir en sus celdas seis pistolas, serrar unos barrotes de hierro y marcharse por la puerta principal.
Entretanto, el español Salvador Farre Figueras aparece como principal sospechoso por el asesinato de dos carabineros en Moncalieri, cerca de Turín, el domingo pasado. A las dos y media de ese día los carabineros Tonino Gubbioni, de 31 años, y Giuseppe Terminiello, de 37, cayeron asesinados mientras efectuaban su trabajo de patrulla. Uno de ellos, moribundo, logró dar la alarma por la radio del coche. En un edificio cercano, en el piso de la prostituta, de Mesina, Concetta Nicolosi, de veinticinco años, y de su amigo Carmelo Pugliesi, de cuarenta años, los carabineros encontraron al español escondido en un armario.
Salvador Farre, oriundo de Barcelona, tiene 31 años y es perseguido por tráfico de armas y el robo a una joyería de Grugliasco.
