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La CIA investigará la anunciada retirada cubana de Angola

Henry Kissinger, que llegó el martes por la noche a Londres para asistir a una reunión de la Organización del Tratado Central (CENTO), declaró ayer que había solicitado a la CIA la confirmación de una posible retirada de las fuerzas cubanas estacionadas en Angola.Kissinger afirmó que Olof Palme, primer ministro sueco, «leyó, pero no mostró», una carta que le envió Fidel Castro, y en la cual se le comunicaba al jefe del Gobierno de Suecia que Cuba «iba a iniciar (o había iniciado, esto no está claro) la retirada en forma escalonada del personal militar que se encuentra en Angola a un promedio de 200 soldados cada semana».

La carta de Castro coincide con las revelaciones que hizo el primer ministro angoleño, Lopo do Nascimento, actualmente en la URSS, en el aeropuerto de Lagos, acerca de que algunas unidades cubanas estaban abandonando su país.

Las autoridades norteamericanas y británcicas disienten en el número de soldados cubanos destacados en Angola. Para los primeros hay entre 13 y 15.000, mientras los británicos dan la cifra de 18.000. A pesar de todo, la retirada de las fuerzas cubanas, al promedio indicado de 200 por semana, llevaría entre catorce y dieciocho meses.

En la misma carta que envió el pasado viernes el primer ministro cubano, Fidel Castro, su colega sueco, Olof Palme, se dice que Cuba no tiene intención de intervenir nuevamente en Africa o Latinoamérica. La carta del dirigente cubano tendría como finalidad responder a las críticas formuladas por Palme contra la intervención cubana en Angola hace ahora seis semanas.

La investigación y confirmación de la retirada cubana de Angola llevará a la CIA dos o tres semanas, tras las cuales habrá una reacción oficial de Washington.

«Creo que Cuba ha reconocido que sus relaciones con Estados Unidos estaban llegando a un punto crítico, que estábamos decididos a evitar nuevas aventuras militares y que otros países africanos coincidan con nuestro criterio de que el desarrollo de los países africanos debía dejarse exclusivamente en sus manos, sin la intervención de las fuerzas extranjeras», comentó ayer el secretario de Estado norteamericano en una entrevista concedida a la televisión.

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Kissinger declaró que la carta de Castro enviada a Olof Palme era un triunfo de la política de «línea dura» norteamericana respecto a la política de Cuba en el continente africano.

Al ser preguntado si la nueva política del Gobierno de Ford en Africa podía haber motivado la carta de Fidel Castro, Kissinger respondió que la nueva política «ha supuesto para nosotros un considerable apoyo por parte de los países africanos».

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