La quinta de Asensio frente a Donnarumma

Marco Asensio es un chico tranquilo, incluso podría decirse que en ocasiones algo tímido. En Polonia, durante el Europeo sub-21, juega a acaparar los focos y a alejarse de ellos. Lo primero lo hace siempre que salta al verde; lo segundo, cuando sale de él. Ayer, el balear se enfrentó a la prensa como pudo, desganado; hoy, ya de corto y tras una semana en la sombra, se pondrá otra vez al frente de la España de Celades para intentar tumbar a Italia (21.00, Cuatro) y conseguir una plaza en la final del campeonato. Allí una de las dos se las verá con Alemania o Inglaterra, las otras dos semifinalistas que confirman la supremacía de las grandes ligas y la pujanza del fútbol inglés, que aspira al doblete tras ganar el Mundial sub-20. "He mejorado mucho en todas las facetas, soy más maduro y tengo más experiencia, pero sigo con la misma ambición. Ahora mismo tengo muchas ganas de afrontar el partido y pasar a la final", dijo Asensio al ser preguntando por todo lo que ha vivido en los últimos dos años. "Presión ninguna. Cada cosa que me viene la intento disfrutar al máximo; cada reto es solo una motivación más para mí".

Más información

Saúl se libera de las cadenas

Horario y dónde ver el España - Italia

La superlativa generación liderada por el jugador del Madrid se enfrenta a la de Donnarumma, también repleta de quilates. El portero de 18 años, llamado a marcar una época, vive una situación un tanto particular. Con su futuro sin resolver y el Milan y su agente, Mino Raiola, aireando sus diferencias e intenciones, se mostró ante los medios para lucir carácter. "Quiero demostrar que estoy sereno, que estoy tranquilo y pensando en el partido frente a España. Mi futuro ya será después del campeonato, ahora estoy centrado en La Nazionale", dijo en una conferencia en la que tenía prohibido hablar sobre su futuro.

Ambos, Asensio y Donnarumma, son los exponentes de dos grupos que se asoman y deslumbran ya en la élite y que prolongarán una batalla más el poderío continental de las dos selecciones con más títulos en la categoría: cinco para Italia, cuatro para España. Su enfrentamiento es ya un clásico en los europeos sub-21. Se han visto las caras en ocho ocasiones, dos de ellas finales. La primera en 1996, cuando los Totti, Nesta, Cannavaro y compañía dejaron sin la gloria en los penaltis a un España liderada por Raúl y Mendieta; la última en 2013, el día de la exhibición de Thiago, Isco y compañía. España goleó a Italia en la confirmación de una generación que cuatro años después espera impaciente el Mundial absoluto del próximo verano.

El grupo que bajo la dirección de Lopetegui se coronó en Israel tiene bastantes similitudes con la actual Rojita, cargada como aquella de nombres y recursos. El poderío de grupo Italia contrasta con una España en la que conviven las individualidades con distintos estilos. Un día es vertical y demoledora a partir de la potencia de los Asensio, Deulofeu, Sandro o Williams; otro paciente y controladora de la mano de Llorente, Saúl, Ceballos o Soler. "Nos complementamos muy bien dentro y fuera del campo. Tenemos que intentar combinar el juego de toque con las transiciones rápidas. Así seremos menos provisibles y más efectivos arriba", explica Asensio, que no se ve favorito. Con una, con otra o con las dos, España tratará de superar a Italia y Donnarumma y seguir aspirando a ser pentacampeona.