Javier Fernández, con la cabeza solo en el hielo para luchar por su quinto Europeo
El español deja atrás las preocupaciones que le descentraron en el Grand Prix para asaltar el campeonato contiental
A veces, tener el don de estar en dos sitios al mismo tiempo puede ser una debilidad. Más aun en un deporte como el patinaje artístico sobre hielo, en el que el complejo movimiento del cuerpo para completar saltos, giros y piruetas debe responder al dictado de una mente precisa. Y la última vez que Javier Fernández (Madrid, 25 años) compitió, en la final del Grand Prix, en diciembre —el único grande que le falta sin contar los Juegos Olímpicos—, tenía sus piernas en el hielo, pero la cabeza en otra parte y por primera vez desde 2014 se quedó fuera de un podio. Este viernes inicia la defensa del Campeonato Europeo con la realización del programa corto —desde las 11.30 en Teledeporte. Javier Fernández compite a las 16.17— y los que más le conocen aseguran que todo lo que le perturbaba está ya olvidado y que mente y cuerpo compartirán, ahora sí, espacio y tiempo en Ostrava, República Checa, donde se desarrolla la competición.
Un año más, Fernández afronta la cita continental como máximo favorito. Si no falla, sumará el sábado, cuando entra en juego el programa libre, su quinto oro consecutivo, una proeza que no se ve en una pista de hielo desde que lo lograra el checo Ondrej Nepela en 1973. El siguiente techo histórico, el definitivo, serían los ocho seguidos del austriaco Karl Schäfer, en 1936.
La certeza de que Javi competirá en Ostrava sin preocupaciones extradeportivas en la cabeza la tiene, por ejemplo, su hermana Laura. Ella ya notó antes de que Javier dijera nada que en el Grand Prix le pasaba algo. “No tenía la cabeza en el hielo”, recuerda ahora Laura en conversación telefónica desde Ostrava, donde también se encuentran sus padres.
Desde principio de temporada, Laura ayuda en los entrenamientos a su hermanos las pocas veces que está en España y no en Toronto, su residencia habitual, como antes hacía Daniel Peinado, que ahora prepara al campeón de Bulgaria. “Más que entrenadora lo que hago es echarle una mano”, matiza Laura. Su entrenador, insiste, es el canadiense Brian Orser y el resto del cuerpo técnico. Pero Javier ha decidido confiar en ella para que le ayude cuando está en España. “Porque lo conozco más que otras personas. Es más un apoyo psicológico. Le ayudo a hacer los últimos retoques antes de salir a la pista para que luego salga y haga lo que sabe hacer”.
Para el bicampeón del mundo, su hermana siempre ha sido una fuente de inspiración, el motivo por el que se puso unos patines por primera vez. Ella también fue patinadora, y de las buenas, llegando a disputar Mundiales y Europeos, además de una final de un Mundial júnior. Desde este verano es, además, técnico especialista internacional, una figura que forma parte del panel de jueces que se encarga de identificar los elementos que hacen los patinadores y su dificultad. Unas aptitudes muy completas para apoyar el trabajo de su hermano en una exigente temporada que ahora tiene una de las paradas claves en el calendario.
En los últimos años Fernández ha empleado los Europeos como un entorno competitivo en el que probarse para el Mundial. No se avistan rivales que puedan pelearle el título, aunque él mira de reojo al ruso Mikhail Kolyada y a los israelíes Daniel Samohin y Alexey Bychenko. Nada que ver, en todo caso, con los patinadores a los que se enfrentará en el Mundial de Helsinki a finales de marzo: el japonés Yuzuru Hanyu, 22 años, su compañero de entrenamientos y favorito en casi todas las competiciones; el también japonés Shoma Uno, de 19 años; y el estadounidense Nathan Chen, que con solo 17 años aterrizó correctamente cuatro cuádruples en el programa largo del Grand Prix.
Fernández estará este viernes acompañado en la categoría por otro español, Javier Raya, que compite a las 12.22, que fue 14º en 2015. En danza, la pareja española Hurtado-Khaliavin accedió ayer a la final tras firmar la decimotercera mejor puntuación en el programa corto.
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