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Cabrera Bello: “Quiero pensar que puedo ganarle a cualquiera”

El golfista canario, revelación de la temporada, reflexiona sobre su largo camino para llegar a la elite mundial

Carlos Arribas
Rafa Cabrera Bello, la pasada semana, en el Masters de Augusta.
Rafa Cabrera Bello, la pasada semana, en el Masters de Augusta.Andrew Redington (AFP)

En España, hablar de golf es hablar de genios precoces, hablar de Ballesteros, el revolucionario que ganaba grandes a los 23 años, o de Olazabal, con una chaqueta verde o de Sergio García, que a los 19 se peleaba ya con Tiger Woods. Hace 14 años que se hablaba de Rafa Cabrera Bello (Las Palmas, 1984), al que se auguraba una carrera de similar fulgor temprano, y, sin embargo, después de una carrera en la que ha brillado la tan poco española virtud de la paciencia, no ha empezado a explotar en los grandes circuitos hasta cumplidos los 31. En 2016 ha avanzado hasta los 30 primeros del ranking mundial y se ha ganado el derecho a jugar los grandes y casi los Juegos, donde representará a España junto a Sergio García, y a la Ryder Cup.

Pregunta. Muchos de los que destacan tan jóvenes como usted, a los 17 años, y no cumplen las expectativas iniciales acaban perdidos…

Respuesta. Me hice profesional muy joven, con 21 años. Mi primer año de Tour perdí la tarjeta, pero como seguía siendo muy joven, 22 años, no lo consideré ni un drama ni un bajón, sino parte de la curva de experiencia. He tenido una carrera con un éxito moderado. Gané mi primer torneo con 25 años, una buena edad. No tengo tantas victorias, pero sí que he sido bastante consistente y he hecho pequeñas grandes cosas.

P. Pero en España siempre se pide a los chavales que sean genios.

R. Yo no me lo exigía, pero, no le voy a engañar, a mí también me habría gustado que fuera así. Ha sido, sin embargo, un trabajo de progreso, subiendo la escalera peldaño a peldaño, sin saltos, y ahora estoy disfrutando de un buen momento.

P. ¿La paciencia es síntoma de madurez?

R. No creo que sea tan raro mi caso, aunque quizás en España no se le dé tanta bola, pero mi perfil, alguien que era muy bueno de amateur, se hizo profesional y ha tenido que ir trabajándose su mejora a lo largo de los años me parece que es el camino normal. Evidentemente si eres un supercrack como Sergio o como lo fueron Olazabal o Seve, pues muchísimo mejor, pero en España tenemos otro gran ejemplo que ha sido Miguel Ángel Jiménez, ¿no? De joven no consiguió tantos éxitos y sin embargo tiene el currículo más fructífero de cualquier golfista mayor de 40 años en el circuito europeo.

P. Y cuando llegó, cuando esta primavera derrotó a Rory McIlroy en el matchplay, usted parecía el menos sorprendido, como si supiera de antemano que ese era su sitio.

R. Sí. Yo siempre he confiado mucho en mis posibilidades. A lo mejor no he rendido todo lo bien que me habría gustado en muchas ocasiones, pero no por eso he perdido confianza. Siempre he sabido que cuando juego bien puedo jugar muy, muy bien y quiero pensar que puedo ganarle a cualquiera.

P. ¿Cómo definiría su juego? ¿Reflexivo? ¿Científico?

R. Me gusta describirlo como muy completo. No tengo nada que haga excepcionalmente bien, pero no tengo ninguna laguna. Me permite ser competitivo en todo tipo de campos prácticamente aunque haya algunos que me gustan más, que me entran más por los ojos. No tengo dependencia en ninguna parte de mi juego. Con el drive suelo ser muy certero y tengo una distancia considerable para el poco margen de error que suelo tener. Con los hierros, approach o putt, los golpes de toque, ya dependo más de la semana o incluso del día, de la inspiración.

P. Usted tiene un entrenador mental, otro físico y dos técnicos. ¿El golf actual exige ese trabajo en equipo?

R. A mí siempre me ha gustado escuchar segundas opiniones y gozar de un equipo de trabajo en el que confíe. El golf ya es bastante solitario como para hacerlo más solo sin necesidad, aunque tienes el caso de Bubba Watson, que no ha recibido una clase de nadie en su vida, y que lo hace todo solo. Los dos sistemas sirven.

P. ¿Y también necesita practicar surf en Bali, donde tiene una casa?

R. Voy a Bali cuando tengo un parón y cuelgo los palos una semana, 10 días, y hago otras cosas: disfruto de la naturaleza, disfruto de la compañía y haciendo surf, que es lo que más me gusta después del golf. Aunque los aficionados nos idolatren, somos personas normales que tenemos nuestras escapatorias, y en mi caso me gusta mucho coger olas. Con ello consigo desconectar muy bien y refrescar todo.

P. ¿En qué piensa, qué quiere, para el resto del año? ¿Grandes, Juegos?

R. Ahora mismo mi objetivo más importante es clasificarme para la Ryder.

P. ¿Los Juegos son secundarios?

R. No, pero si tuviera que quedarme con una cosa, sería clasificarme para la Ryder. Los Juegos son un objetivo que ya pinta muy bien [se cierra en el ranking mundial del 11 de julio], está casi conseguido. El de la Ryder aún no está, pero lo tengo a mi alcance.

P. ¿Los grandes?

R. El Open es donde más competitivo puedo estar, y para el año que viene estaré muy bien preparado para el Masters también. Me ha gustado Augusta de entrada, va bien a mi juego.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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