Los derechos de la discordia
Los contratos de imagen tienen a Messi en el punto de mira del fisco y son un punto caliente en la renovación de Cristiano Ronaldo
Los ingresos por derechos de imagen o publicidad se han adueñado de la actualidad de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, las dos grandes estrellas del fútbol mundial. Al primero le afectan porque la Fiscalía de Delitos Ecónomicos de Barcelona ha presentado una querella al considerar que el delantero argentino no declaró a Hacienda 4,1 millones de euros procedentes de dichos derechos entre 2007 y 2009.
En el caso de Cristiano Ronaldo, el porcentaje de la propiedad de dichos derechos forma parte de la tensa negociación que está librando con el Real Madrid para prolongar su contrato, que expira el 30 de junio de 2015. A los dos les afecta directamente ese concepto contractual por el cual sus cuentas corrientes engordan considerablemente año a año.
“Desde que las grandes marcas, las multinacionales e incluso las entidades financieras se dieron cuenta de que los grandes deportistas son iconos publicitarios muy rentables, estos han disparado sus ingresos por estas vías y muchos de ellos, por iniciativa propia o asesorados, tratan de reducir los impuestos sobre esas millonarias ganancias mediante la ingeniería financiera o fiscal”, aseguran fuentes de la inspección tributaria.
“Los derechos de imagen son una rendija que muchos deportistas han encontrado para tratar de evadir impuestos mediante la creación de sociedades interpuestas que tienen conexiones con paraísos fiscales”, abundan otras fuentes de los inspectores fiscales.
“En el caso de Messi, si finalmente fuera culpable, se puede decir que ha utilizado una ingeniería obsoleta. Probablemente, el que la diseñara pensó que sería suficiente crear una sociedad en un país de legislación no sospechosa, para después desviar los ingresos a un paraíso fiscal donde el anonimato estaría garantizado”, prosiguen esas mismas fuentes.
Según fuentes fiscales, el argentino habría utilizado “una ingeniería obsoleta”
A principios de los años ochenta, los deportistas y los clubes empezaron a firmar contratos que establecían que una parte de su salario se percibía en concepto de derechos de imagen, que por entonces no tributaban. Muchos de ellos cobraban la mayor parte de sus emolumentos por este concepto y pagaban un porcentaje de impuestos muy bajo con respecto a sus ganancias. Sin embargo, desde hace años, la doctrina jurídica, apoyada en sentencias del Tribunal Supremo, considera que los derechos de imagen o de publicidad forman parte del rendimiento salarial de los deportistas y por lo tanto deben estar incluidos en la declaración anual del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Los inspectores fiscales consultados por este periódico aseguran que “desde hace tiempo se está haciendo un rastreo y un seguimiento exhaustivo a deportistas con residencia fiscal en España cuyas ganancias por derechos de imagen son cuantiosas” y que el caso de Messi “no es el único”. En la situación del astro argentino, según la querella, aún no admitida a trámite, la ocultación a la Hacienda Pública de los ingresos por derechos de imagen y su no inclusión en la declaración del IRPF supondrían un fraude de 1.059.398,71 euros en 2007, de 1.572.183,38, en 2008 y 1.533.092,87, en 2009.
Si a Messi los derechos de imagen le han puesto en el punto de mira del fisco español, para Cristiano Ronaldo son uno de los puntos calientes en su negociación. Según el diario As, en estos momentos, el 40% pertenece al futbolista, otro 40% al Real Madrid y un 20% a la empresa Gestifute, propiedad de su representante, Jorge Mendes. Cristiano pretende que su porcentaje ascienda hasta el 60%, lo que supondría un salto considerable en sus ingresos por estos conceptos. El goleador, que maneja los tiempos de su renovación porque el más interesado en ella es el presidente, Florentino Pérez, no parece dispuesto a ceder en este punto. El futbolista anunció en las redes sociales: “Todas las noticias mi renovación son falsas”. Eso tiraba por tierra la cercanía del acuerdo que había proclamado el presidente madridista en algunas de sus comparecencias ante los medios antes y después de renovar su mandato.
El portugués tiene ahora el 40% de sus derechos y pretende llegar al 60%
El delantero portugués, según la lista anual que publica France Football, obtiene más ingresos por publicidad que por lo estipulado en su contrato con el Real Madrid. Según la revista gala, por sus acuerdos con firmas como Nike, Banco Espirito Santo y Emporio Armani percibió 16,5 millones de euros, casi cuatro más de los que ingresa por su salario como futbolista. En esta misma relación, Messi se coloca por delante del delantero madridista con 16 millones de euros en ingresos deportivos, y 22 millones procedentes de la publicidad de PlayStation y Adidas entre otras marcas que le han escogido como imagen.
Neymar, la gran adquisición del Barcelona de cara al curso que viene, quizá sea uno de los mayores ejemplos de lo que supone esa explosión de los derechos de imagen de la que pretende sacar mayor provecho Cristiano. De los 22,5 millones de euros que ingresó en el curso pasado, el 69% (15,5 millones) fueron procedentes de un mercado publicitario que se lo rifa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.