La UCI, al rescate español

El presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Pat McQuaid, que visitará España para asistir el sábado en Segovia al congreso de la Unión Europea de Ciclismo, ha solicitado entrevistarse el lunes con el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, para hablarle no de dopaje como podría pensarse, dadas las polémicas de las últimas semanas, sino del futuro de la Volta a Catalunya y cuando la Vuelta al País Vasco, otra carrera históricas (la Volta es centenaria), patrimonio ambas del ciclismo mundial, está también al borde de la desaparición por el descenso de la financiación pública.

Si sobre la Volta ya ha llegado McQuaid a un acuerdo de medidas concretas, una participación en “un plan de desarrollo sostenible para los años futuros”, a través de conversaciones directas con Ivan Tibau, secretario de Deportes de la Generalitat, con el Gobierno vasco todavía no se ha producido ningún tipo de contacto hasta el momento.

Junto a ASO, la empresa organizadora del Tour de Francia y la Vuelta a España, entre otras carreras, y RCS, la dueña del Giro de Italia, la propia UCI, a través de su filial Global Cycling Promotion, es uno de los organizadores mundiales con mayor potencial. Y, aunque el mayor objetivo de la UCI como organizadora es hasta ahora la mundialización del ciclismo para dar sentido econcómico y filosófico al circuito WorldTour (concretada en la organización de pruebas en China y Rusia), ello no obsta para que, como informó ayer McQuaid en un comunicado, crean que “las raíces y las tradiciones” del ciclismo “constituyen una riqueza que hay que salvar”. Para ello, continúa la UCI, está el fondo de solidaridad del WorldTour, que ya se usó para salvar el GP de Plouay.

Para el director de la Vuelta a España, Javier Guillén, la noticia de la intervención de la UCI es “magnífica”. “Es una gran idea”, precisa Guillén; “siempre que no entre en el mercado de los organizadores y que se limite al salvamento de la carrera, la UCI es bienvenida”.

Los acuerdos concretos a que haya podido llegar la UCI para garantizar la Volta desde ya (la carrera se disputará del 19 al 25 de marzo) no se han hecho públicos, aunque, según fuentes de la Generalitat, podrían afectar tanto al canon por inscripción como a la aportación de patrocinadores propios. “Ha sido un acuerdo para rescatar la Volta, sin más”, dice Rubén Peris, organizador de la prueba catalana, que hasta 2011 contaba con el apoyo económico de la Generalitat; “el Govern nos ha dicho que ya no habría dinero público, pero nos ha ayudado a buscar patrocinadores. La UCI será un partner que ayuda, pero nunca se ha hablado de la venta de la Volta. La Volta no se vende”.

“Respecto a las carreras vascas [la Vuelta al País Vasco, en Semana Santa, y la Clásica de San Sebastián, en agosto], la UCI está recogiendo las informaciones necesarias para definir una estrategia de intervención”, añade el comunicado de la federación internacional.

Pese a que Jaime Ugarte, el organizador benévolo que cargó con la responsabilidad de la prueba cuando la abandonó el Diario Vasco, cuenta este año con 425.000 euros institucionales (225.000 de ETB, que ofrece gratis la producción de las imágenes, y 200.000 del Gobierno autónomo), el recorte de las ayudas en 160.000 euros, provenientes del departamento de Lingüística, le ha dejado al borde del precipicio.

Aunque este año pueda ser salvada gracias, entre otras razones, a la iniciativa popular, la misma fórmula que dio origen al equipo Euskaltel y que en el caso de la carrera consiste en una campaña para la aportación voluntaria de un euro por parte de 160.000 aficionados, el futuro, en un panorama de crisis de patrocinadores y de aumento de los gastos, quizás dependa finalmente de la intervención de la UCI, si no de la venta de la prueba a algún gran organizador.