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Decenas de tetrapléjicos mejoran su destreza con las manos tras recibir estimulación eléctrica

El ensayo clínico se realizó con lesionados medulares desde hacía hasta 30 años

Sherown Campbell se rompió el cuello en 2014 mientras practicaba su deporte favorito, la lucha. Diez años después, puede intentar completar un cubo de Rubik. En la imagen, en la evaluación posterior al ensayo clínico.Vídeo: University of Washington
Miguel Ángel Criado

Un ensayo clínico realizado con lesionados medulares de varios países ha logrado devolverles la capacidad de coger una canica o jugar con un cubo de Rubik. Los pacientes llevaban más de 12 meses con alguna de sus vértebras cervicales dañadas y con pocas esperanzas de recuperar o mejorar el movimiento de sus manos o la destreza en sus dedos. En esta primera fase, los neurocientíficos buscaban validar la seguridad y eficacia del dispositivo. Aunque la investigación tiene algunas limitaciones que deberán afinar, esperan comercializarlo este año en Estados Unidos y en Europa el que viene.

Durante los últimos meses de la pandemia del coronavirus, médicos, neurólogos y enfermeros de 14 centros de neurorrehabilitación de cuatro países (Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Países Bajos) reclutaron a 65 personas que tenían una lesión medular a la altura de las vértebras cervicales (las primeras empezando por el cuello). Esta región se encarga de dotar de sensibilidad y movimiento, entre otros, a brazos, manos y dedos. Todos los reclutados habían tenido la lesión al menos hacía un año y un tercio de ellos hace más de cinco años. Esto es relevante, ya que con el paso del tiempo, los efectos de la rehabilitación se ven muy limitados una vez que se alcanza la fase crónica de la tetraplejia. Los resultados del ensayo clínico acaban de ser publicados en la revista Nature Medicine y son muy esperanzadores.

El grupo inicial se redujo a 60 personas por la retirada de los otros cinco, todos por razones personales. Después de dos meses de entrenamiento, les colocaron un sistema de estimulación eléctrica similar en apariencia a los usados para tratar o relajar lesiones musculares. Pero este dispositivo, al que llaman ARC-EX, condensa casi dos décadas de investigación en su interior. Es uno de los frutos del trabajo que el neurocientífico de Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), Grégoire Courtine, y su equipo vienen realizando desde hace años y que se basa en el uso de la electroestimulación para restaurar la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. En el laboratorio de Courtine empezaron devolviéndole la movilidad a roedores, para después ir aplicando el conocimiento acumulado a mejorar las habilidades motoras de personas que llevaban años en silla de ruedas. Una línea de investigación derivada logró hace unos meses que una persona incapacitada por el párkinson volviera a caminar.

Ahora, con electrodos pegados a la piel, y colocados por encima y por debajo de la zona lesionada, ARC-EX mejoró y mucho la sensibilidad de 43 de los participantes (el 72% de la muestra) en su mano dominante. Además de mejorar la movilidad, lograron recuperar buena parte de su destreza en los dedos, hasta poder atar los cordones de unos zapatos, teclear en un ordenador o meter pelotas de tenis de mesa en un pequeño cubo. Frente a otras aproximaciones, la aplicación no es invasiva (no tuvieron que abrir el cuerpo y colocar dispositivos en la propia columna). Además, las mejoras se mantuvieron una vez que el entrenamiento con ARC-EX se acabó.

“La estimulación conduce a la reorganización de la médula espinal, lo que promueve mejoras que persisten cuando se apaga la estimulación”, cuenta Courtine. De hecho, todas las evaluaciones de las mejoras las realizaron sin ningún estímulo. El 90% de los participantes declararon haber mejorado su sensibilidad y habilidades. Además, se produjo una reducción de los espasmos musculares y los movimientos incontrolados. En el otro gran objetivo del ensayo clínico, el de la seguridad, no registraron ningún efecto adverso que se pudiera relacionar con el dispositivo.

“La estimulación puede estar generando neuroplasticidad o, en cierto sentido, curando parte de la lesión de la médula espinal”
Chet Moritz, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Washington y director del ensayo clínico

El profesor de ingeniería eléctrica e Informática y medicina de rehabilitación de la Universidad de Washington (Estados Unidos) Chet Moritz, es el primer autor de este estudio y responsable del ensayo clínico. “Después de solo dos meses, más de la mitad de los participantes lograron mejoras en la fuerza de agarre mayores que las necesarias para levantar un vaso lleno y en la equivalente a la requerida para pinchar algo con un tenedor o introducir una llave”, dice Moritz. En una rueda de prensa en línea para presentar el estudio sostuvo que “la estimulación puede estar generando neuroplasticidad o, en cierto sentido, curando parte de la lesión de la médula espinal”.

Sherown Campbell, en otra imagen del estudio.
Sherown Campbell, en otra imagen del estudio.ONWARD Medical

En la rueda de prensa también intervinieron dos de los participantes en el ensayo clínico. Uno es el luchador Sherown Campbell, de Broomfield (Colorado, Estados Unidos), que se rompió el cuello en 2014 peleando con un amigo. Tras varios meses de trabajo en el hospital Craig de Colorado, “ahora puedo ayudar en la cocina y he podido hacer cosas con mi hijo, como inflar globos para su fiesta de cumpleaños”. La escocesa Melanie Reed, de 52 años, se cayó de un caballo hace años, dañándose la médula a la altura de las vértebras C6-C7, perdiendo la mayor parte de la movilidad de sus manos. “Ahora he podido hacer scroll en la tableta o quitarme el cinturón de seguridad con mi mano izquierda”, cuenta.

Hasta ahora, la mayoría de los avances que habían logrado Courtine y sus colaboradoras tenían que ver con lesiones en la parte baja de la espalda, las que condenan a una silla de ruedas. ARC-EX está pensando para las extremidades superiores. ONWARD Medical, la empresa que ha desarrollado el dispositivo y de la que Courtine es responsable científico, ha enviado una solicitud a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para su autorización. “ONWARD Medical espera obtener la aprobación para su comercialización este año en Estados Unidos y en 2025 para Europa”, sostiene.

El jefe de Neurología del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y responsable de Investigación e Innovación del Hospital Los Madroños de Madrid, Antonio Oliviero, destaca que “se trata de un estudio de excelente calidad sobre un avance tecnológico relevante: la estimulación eléctrica medular cervical transcutánea (no invasiva) asociada a rehabilitación es segura y podría ser eficaz”. En declaraciones a SMC España, el director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Eduardo Fernández, recuerda que la lesión de la médula espinal a nivel cervical “suele cursar con una alteración permanente de las funciones de los brazos y las manos, y esto tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas afectadas” y, añade “uno de los principales obstáculos para desarrollar terapias efectivas en este campo es la limitada capacidad de reparación y regeneración del sistema nervioso central”. De hecho, la rehabilitación se hace muy difícil a medida que pasa el tiempo desde la lesión.

Los científicos españoles consultados resaltan, sin embargo, una seria limitación de esta investigación: a diferencia de la mayoría de los ensayos clínicos, este no contó con un grupo de control con el que comparar ni se seleccionó a los participantes de forma aleatoria. De hecho es el mensaje final que deja Fernández: “El futuro es esperanzador y debemos estar preparados para poder incluir estas nuevas terapias en los tratamientos clínicos habituales de los pacientes con lesiones de la médula espinal. Sin embargo, es necesario avanzar poco a poco y no crear falsas expectativas”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Criado
Es cofundador de Materia y escribe de tecnología, inteligencia artificial, cambio climático, antropología… desde 2014. Antes pasó por Público, Cuarto Poder y El Mundo. Es licenciado en CC. Políticas y Sociología.
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