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Carmena toma el control de los mayores proyectos de la ciudad

La alcaldesa pilota la elaboración de los presupuestos, el desbloqueo de la Operación Chamartín y los actos de Navidad

Manuela Carmena, en el pleno celebrado el pasado lunes.
Manuela Carmena, en el pleno celebrado el pasado lunes.álvaro garcía

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid), ha decidido pilotar todos los asuntos de mayor calado de la ciudad: desde los presupuestos, hasta la prolongación de la Castellana y la gestión de la política cultural en Navidad. Quiere que todo pase por sus manos, en un intento de control del desarrollo de cada proyecto. En tan solo dos semanas, la regidora se ha visto con los ministros de Hacienda y Fomento y mantiene una intensa agenda de reuniones con su equipo. Por ello, ha anulado su viaje a México de la semana pasada, donde tenía que acudir a la feria del libro de Guadalajara y a una cumbre sobre medioambiente.

La estrategia de Carmena es acercarse a otras instituciones -sobre todo Hacienda y Fomento- para resolver algunas ineficiencias y polémicas generadas por su concejales en los últimos meses. Por ello, ha decidido supervisar en primera persona los asuntos principales del Ayuntamiento. Las cuentas municipales de 2017, la programación navideña y el proyecto de prolongación de la Castellana están siendo impulsados personalmente por ella, mientras que en los actos internacionales y protocolarios, la alcaldesa ha delegado la tarea de representar al Consistorio a sus colaboradores más estrechos, la segunda teniente de alcalde, Marta Higueras, y el coordinador general de la alcaldía, Luis Cueto.

“Se trata de una decisión política, sobre la que Carmena es consciente de que puede ser criticada”, confirman fuentes cercanas a la alcaldía. La semana pasada anuló un viaje institucional a México, donde tenía que participar a la Feria del Libro de Guadalajara, la segunda más importante del mundo después de la de Fráncfort (Alemania), y en la que Madrid participaba como “invitada de honor” para la edición de 2017.

Las reuniones con miembros y técnicos del Ayuntamiento copan la agenda de la alcaldesa, explican las fuentes consultadas. Por ello, el pasado viernes Carmena tuvo que saltarse el acto de celebración de la Constitución, organizado por la Comunidad de Madrid, que tenía lugar a poco metros del Ayuntamiento.

Ese mismo viernes, Carmena debía estar reunida con otros alcaldes en México, donde se ratificaba un acuerdo contra el cambio climático. El pacto postulaba el cierre a la circulación de los vehículos diésel en 2025 y fue difundido por las webs de los principales periódicos del mundo, donde Madrid apareció, junto a París, entre las capitales firmantes. Horas después, el Ayuntamiento envió una nota en la que señaló que no había firmado ningún acuerdo. En la cita en México estaba previsto que participara Carmena, pero finalmente prefirió ser sustituida por su jefe de Gabinete, Felipe Llamas.

En diciembre, la intención de Carmena es supervisar los asuntos candentes de las áreas de cultura, economía y urbanismo. En cuanto a la primera, la alcaldesa quiere dar un cambio de rumbo con respecto a la programación de la Navidad dibujada el año pasado por Celia Mayer. Entonces, el Ayuntamiento recibió fuertes críticas por parte de la oposición, que consideró que Carmena había politizado las ceremonias, dividiendo a la ciudadanía. Este año la tónica es diferente. La alcaldesa ha decidido dar un espíritu conciliador a las fiestas. La programación aboga por combinar “tradición y vanguardia” y la misma alcaldesa recordó el origen cristiano de la Navidad, y su valor internacional como promotor de “solidaridad” y “alegría”.

Por lo que concierne a los asuntos económicos y de urbanismo, la tarea es algo más ardua. En las últimas semanas, la alcaldesa se ha reunido con los ministros Cristóbal Montoro e Íñigo de la Serna para llegar a decisiones consensuadas sobre dos puntos fundamentales: los presupuestos de 2017, en los que el Consistorio quiere sobrepasar el techo de gasto en 200 millones, y avanzar con Fomento en la prolongación de la Castellana, después de que Ahora Madrid tumbara en mayo el proyecto de Distrito Castellana Norte, que ponía sobre la mesa una inversión de 6.000 millones de euros. En el caso de Hacienda, además, Carmena confía en que Montoro acepte la creación de una empresa municipal de servicios medioambientales y de limpieza.

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La primera toma de contacto con Montoro no fue exitosa: una serie de declaraciones y desmentidos acabaron empañando el estreno de su política del apaciguamiento. La segunda cita, esta vez con De la Serna, fue mejor. Fomento es dueño del 80% de los terrenos de la zona norte de Madrid, donde está previsto crear un nuevo barrio residencial y de servicios. Tras la reunión, la alcaldesa acordó encabezar una comisión técnica, compuesta por el Ayuntamiento, la Comunidad, Fomento, Distrito Castellana Norte y otros actores para acercar posturas. "Antes de hablar de las diferencias, hablamos de lo que Madrid necesita", recordó la alcaldesa, para reiterar el foco de su estrategia. Aunque el ministro puntualizó: “El Ayuntamiento deberá tomar la iniciativa”.

La alcaldesa considera el desarrollo de la zona de la Castellana la "mayor operación urbanística de la ciudad", pero con De la Serna también abarcó la cuestión de los accesos al nuevo campo del Atlético de Madrid, La Peineta. Últimamente este asunto le está costando muchas críticas al edil de urbanismo, José Manuel Calvo, por parte de la oposición .

Carmena siempre negó los rumores sobre la falta de cohesión de su equipo. No obstante, remarcó en varias ocasiones su perfil de independiente dentro de una confluencia de fuerzas muy heterogéneas (Podemos, Ganemos, Izquierda Unida y Equo). Sus últimas actuaciones han dejado patente que la regidora se propone acompañar, y si es necesario suplir, a sus colaboradores en las que deberían ser sus tareas específicas.

Antes de que finalice el año, el gobierno teme que el debate político se centre en analizar la ejecución de las inversiones, que podría estar por debajo de las expectativas. La puesta en marcha de una macroperación podría ser la manera para desviar las críticas y relanzar la figura de Carmena como gestora de la ciudad.

Una estrategia dirigida al diálogo

La alcaldesa hizo de la palabra “diálogo” uno de los mantras de su gestión desde que se instaló en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento. En las últimas semanas este deseo de entendimiento con otras instituciones y actores se llenó de sentido práctico. Así fue, por ejemplo, en sus reuniones con los ministros de Hacienda y Fomento, pero también en sus últimos encuentros con Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad.

En la reunión que tuvieron en noviembre, Carmena y Cifuentes acordaron aunar fuerzas para atraer las empresas de Londres, después de la victoria del Brexit en el referéndum sobre la salida de la UE. Entonces dibujaron una “estrategia conjunta”, aunque no concretaron el organismo que lo llevará adelante. Un paso que los inversores internacional piden para mejorar la candidatura de Madrid.

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