Una rebelión interna en el PSC obliga a aparcar la ‘vía canadiense’
El consejo nacional no vota la ponencia política por la oposición a la propuesta de Iceta
La propuesta de la dirección del PSC de celebrar una consulta legal y acordada siguiendo la vía canadiense queda aparcada. Varios dirigentes territoriales se sublevaron el sábado en el consejo nacional del PSC en contra de esa alternativa, en la misma línea que defiende el PSOE. Después de un tenso debate, se acordó no votar la ponencia marco del congreso de noviembre que abogaba por celebrar una consulta legal y acordada como último recurso si fuese rechazada en Cataluña la reforma constitucional que defienden los socialistas.
El consejo nacional del PSC es el máximo órgano entre congresos. El pasado sábado celebró una reunión extraordinaria que había de ser un puro trámite, pero que evidenció una división en el partido que parecía superada tras la marcha del sector soberanista, hace ya más de un año. La reunión solo incluía un punto en el orden del día: convocatoria del congreso para los días 4, 5 y 6 de noviembre, aprobación del reglamento que lo regula y de la ponencia marco.
Tras la intervención de la cabeza de lista por Barcelona, Meritxell Batet, que orilló el tema, y antes de que se produjera la votación, se pidieron más de una docena de palabras. Abrió el fuego el primer secretario del PSC del Baix Llobregat, Antoni Poveda, la federación de más peso en el partido, quien leyó una intervención crítica con la dirección en el fondo y la forma. Así, rechazó la vía canadiense, aunque sea como último recurso, y afeó que la ponencia marco se distribuyera a la prensa sin debatirla en ningún órgano interno.
Esta propuesta que recoge la ponencia marco y rechaza la dirección del PSOE de manera taxativa, propone que en caso de que la reforma constitucional no sea votada por los catalanes se elabore una ley de claridad, como sucedió en Canadá, para determinar las condiciones en las que se ha de celebrar una consulta sobre la secesión de una provincia. Es, en definitiva, una variante de la consulta legal y acordada que defendió el PSC hasta las pasadas elecciones catalanas de septiembre.
A las críticas se unieron el primer secretario de la federación del Maresme, Xavier Amor, así como el de Barcelona, el diputado en el Parlament Ferran Pedret, que lidera ahora una federación muy alejada del peso que tuvo en el PSC.
El debate fue subiendo de tono con intervenciones en la misma línea de la exdiputada en el Congreso Isabel López Chamosa, el exsenador Carles Martí y el exdiputado en el Parlament Joan Ferran, en las que se pidió la retirada de la ponencia porque no se había consensuado e, incluso, que se votara para visualizar el rechazo al texto. Miquel Iceta se vio obligado a tomar la palabra, asumió el contenido de la propuesta, que no la redacción, y admitió que seguramente el cauce empleado no había sido el más apropiado y que estaba abierto a que las agrupaciones modificaran la ponencia, como ocurre siempre que se celebra un congreso.
Apenas hubo intervenciones en defensa del texto y solo el exsenador por Girona Rafael Bruguera explicó que era partidario de mantener lo redactado, aunque no se aprobara, por las dificultades que tenía el partido para llevar su mensaje a aquella provincia.
Después de Iceta, intervino la secretaria de organización del PSC, Assumpta Escarp, para pedir, pese a todo, que se votara en bloque la ponencia, la convocatoria del congreso y el reglamento, pero se produjo otro revuelo. Medió entonces Josep Maria Rañé, exconsejero de Trabajo de la Generalitat. Propuso aparcar la ponencia y votar el resto de los puntos, como así sucedió al final. Antoni Balmon, alcalde de Cornellà, había advertido previamente de la trascendencia mediática que tendría que la ponencia fuese rechazada por el consejo nacional o que se suprimiera el apartado referido a la vía canadiense.
El PSC difundió al mediodía del sábado una nota de prensa con un resumen de la intervención de Batet, pero orillando el resto de las cuestiones que se debatían y el resultado final.
En la reunión estaba presente la exministra de Defensa Carme Chacón, que en alguna ocasión ha defendido la alternativa de Canadá, pero que ayer no tomó la palabra y se marchó antes de que acabase la reunión. Tampoco habló el expresidente de la Generalitat y exprimer secretario del PSC, José Montilla. Ni la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon, alineada con el sector más catalanista del PSC y que sale en todas las quinielas como alternativa a Iceta al frente del partido. Después de lo ocurrido el sábado es probable que se esté fraguando ya una alternativa para liderar el socialismo catalán.
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