Una legión de orgullosos
Una gran multitud reclama igualdad de derechos entre las personas sin importar su identidad de género
Reclamando la igualdad real, bajo el lema "Leyes por la igualdad real ya. Año de la visibilidad bisexual en la diversidad", decenas de miles de personas se han reunido este sábado en el madrileño Paseo del Prado. "Hacía años que no venía, pero esto es impresionante", contaba, encaramado en una carroza, el director de cine Juanma Carrillo. Tras la marcha reivindicativa, una caravana de carruajes ha animado la tarde madrileña. La marcha comenzó su recorrido pasadas las 18.30. Seis horas después, la última carroza despedía un Orgullo multitudinario y muy político.
Orlando, la lucha contra la homofobia o la reivindicación de una sexualidad libre fueron algunas de las pancartas que se pudieron ver durante la manifestación. "No estamos todas. Faltan las de Orlando", clamaba un grupo de espontáneos. En un año marcado por las agresiones homófobas en la región (más de un centenar en seis meses, las últimas el pasado miércoles cuando arrancaron las celebraciones), Carla Antonelli, activista y parlamentaria del PSOE, apremió a penalizarlas: “No se puede esperar más a aplicar el dictamen que hizo recientemente la Asamblea [que tipificaba estas agresiones como delito en lugar de cómo falta]”. Relató que “hace tres noches ocurrió una barbaridad”, cuando agredieron a un homosexual “a pedradas”. Solicitó, además, “construir una sociedad del respeto”. Una idea en la que incidió su compañera socialista Causapié: “Queremos que Madrid sea la ciudad más libre del mundo los 365 días al año”.
Begoña Villacís, portavoz municipal de Ciudadanos en al Consistorio, manifestó que la capital es una ciudad abierta donde la gente puede amar a quién desee. "Cuánto más libertad, más visibilidad”, dijo. Además, lamentó “los vergonzosos ataques homófobos”. “Nos vamos a acordar de ellos y de esas asignaturas pendientes”.
El Orgullo 2016 ha sido muy político y algo polémico. Los rifirrafes comenzaron cuando los organizadores, Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid), FELGTB (Federación Española de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) y Aegal (Asociación de Empresas y Profesionales para Gais y Lesbianas de Madrid), no invitaron al Partido Popular a encabezar la marcha. Sí que contaron con el resto de partidos (PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, todos ellos además montaron una carroza). "No vale venir a hacerse la foto y luego no apoyar la igualdad", repetía Jesús Grande, presidente de Cogam.
Diferentes personalidades del movimiento asociativo y de la política encabezaron la marcha. Entre ellos: Jesús Grande (Cogam); Marta Higueras (teniente de alcalde, Ahora Madrid); los socialistas Ángel Gabilondo, Carla Antonelli, y la portavoz municipal, Purificación Causapié; Begoña Villacís (Ciudadanos); Íñigo Errejón (Podemos); Ignacio Fernández Toxo (CC OO) o Jesús Generelo (FELGTB). También se encontraba José Manuel López, portavoz de Podemos en la Asamblea, de Madrid: “Se trata de una cita que ha sido declarada de interés general [el pasado miércoles por el Ayuntamiento de Madrid con la abstención del PP]. Es, además, una referencia de la libertad”. “Vienen familias con sus hijos, jóvenes, mayores... para disfrutar y reivindicar", añadió el portavoz de Podemos también dejó un recado para el PP: “Tiene que tomar nota para saber en qué país vive”.
El Orgullo madrileño esperaba atraer este año a 1,5 millones de personas, entre ellos a centenares de miles de turistas (desde el miércoles la ocupación hotelera supera el 80% en la almendra central). "Este fin de semana las carreras crecen por lo menos en un 50%", contaba un taxista poco antes de que comenzara la manifestación. "El Orgullo y Fitur son los dos eventos que más gente traen a Madrid. Además, es una fiesta divertida y tranquila: hay pocas broncas y la gente no me vomita en el coche como en otras citas", añadía el conductor. A pesar de ello, el Samur social tuvo que atender a 57 personas, entre ellos un caso grave por intoxicación.
Según la organización, a pie de calle, la cita cumplía las expectativas: "Cada año parece que hay más gente", bromeaba Alfonso Llopart, presidente de Aegal, desde la carroza de Shangay, revista que dirige. "Súbeme a la carroza", pedía Sara Lorenzo, una joven que acudía por primera vez a la manifestación. "¿Es el Orgullo más importante de Europa y del mundo, no?", preguntaba sin dejar de bailar en la carroza. "Mi primo me ha colado", contaba con una amplia sonrisa. En los atestados carriles centrales del Paseo del Prado no cabía un alma. La presión humana se relajaba en los laterales. "Es mucho mejor aquí [en el Paseo del Prado] que en la Gran Vía", decía Albert Vázquez. "Como hetero y como homosexual, te sentías muy cómodo en el desfile", decía Vázquez, asiduo al Orgullo y que organizó la despedida de soltero de uno de sus amigos coincidiendo con la celebración.
Recuerdos a Zerolo
Mientras tanto, en el barrio Chueca, y en el resto de escenarios (como Sol o Plaza de España), centenares de personas disfrutaban de los conciertos organizados. "Hemos estado un rato en el desfile y nos hemos venido a descansar", contaba Sandra Herrero. "Pero ahora volvemos; tenemos ganas de más". El desfile concluyó en torno a la medianoche. Pero la fiesta seguía en todo el centro. "Esta noche no acaba nunca", añadía.
“Soy la alcaldesa de la ciudad más grande del mundo”, dijo Manuela Carmena desde Colón, donde recibió a los manifestantes. Como antes lo había hecho el portavoz del PSOE en la Asamblea, Ángel Gabilondo, la regidora recordó a Pedro Zerolo. "Él fue definitivo en este movimiento", dijo entre vítores. Luego, denunció "los pequeños brotes" de ataques homófobos que se han producido en los últimos días y apremió a luchar contra la intolerancia. "Es importante que todos los madrileños, independientemente de ideologías y partidos, seamos capaces de apostar por la igualdad real". Antes de acabar, Carmena prometió que el año que viene, "el Orgullo será aún mejor", en referencia a que en 2017 Madrid acoge el World Pride, el Orgullo Mundial.
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