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El hospital Reina Sofía reconstruye la uretra y el pene de un lactante

Solo existen 80 casos descritos de afalia congénita en el mundo

Rafael Gosálbez (centro), urólogo que dirigió la intervención, el jueves en Córdoba.
Rafael Gosálbez (centro), urólogo que dirigió la intervención, el jueves en Córdoba.FRANCIS J. VARGAS

La afalia congénita, nacer con testículos pero sin pene, es una afección extremadamente rara y el tratamiento quirúrgico no se describió hasta el año 2007. El miércoles, el hospital Reina Sofía de Córdoba acogió la primera de estas operaciones que se realizan en España. Se trata de una operación pediátrica de alta complejidad, que supone reconstruir el miembro que falta, dotándolo de una uretra que permita al niño orinar con normalidad. Los bebés nacidos con este problema suelen tener el canal urinario reorientado hacia el ano, que usan para miccionar, lo que termina causando muchas infecciones. El principal experto internacional en este tipo de cirugía, Rafael Gosálbez Rafel, urólogo pediátrico del Miami Children’s Hospital, dirigió la intervención.

La malformación solo afecta a un niño por cada 30 millones de nacidos y en el mundo solo hay 80 casos descritos. Son tan escasos los hombres afectados que el número de intervenciones, desde que se abordó quirúrgicamente la curación no son más que un puñado. La literatura médica recoge cinco casos publicados, pero el doctor Gosálbez Rafel ha dirigido otras dos intervenciones similares que todavía no han sido publicadas. Por tanto, el caso de Córdoba supone la octava operación mundial para tratar este mal congénito.

Hasta ahora, siempre se ha esperado a la edad adulta para ser tratados en un quirófano, pero la intervención en lactantes evita futuros traumas y secuelas infantiles. “De hecho, se persigue algo tan sencillo como conseguir que el niño identifique al pene como una parte más de su cuerpo y, cuando crezca, consiga orinar de pie”, explicó el doctor Gosálbez.

En el caso de la operación de más de siete horas llevada a cabo en Córdoba, no se ha logrado unir la uretra artificial —reconstruida a partir del escroto— con la punta del nuevo pene —obtenido de piel abdominal—. Por tanto, el lactante, que cuenta ahora con una sonda urinaria, deberá ser sometido a tres nuevas intervenciones para lograr que esa función se realice normalmente. El postoperatorio de este tipo de intervenciones es muy delicado, pero el bebé se encuentra estable. A partir de este momento, precisará nuevas intervenciones en los próximos años para completar el procedimiento y también en la edad adulta, con el fin de conseguir que el nuevo pene pase de ser un elemento con un fin prácticamente estético a obtener la funcionalidad sexual plena.

La afalia congénita fue descrita en 1853 y se define como un fallo del tubérculo genital, considerada como una forma extremadamente rara de genitales ambiguos. Los bebés que nacen con esta malformación han de ser evaluados inmediatamente para determinar si existen malformaciones asociadas, ya sea en el tracto urinario o en otros órganos y sistemas.

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