"El periodismo sirve para construir un sistema político más limpio"

En el día en el que EL PAÍS cumple 34 años, su redacción está de fiesta. El tesón y la paciencia de decenas de periodistas de EL PAÍS, de Madrid y de Valencia, que durante 14 meses se empeñaron en destapar las entrañas de una trama de corrupción masiva vinculada a altos cargos del Partido Popular, han sido reconocidas con el premio Ortega y Gasset en la categoría de periodismo impreso. Este galardón fue recogido anoche en nombre de todos los que contribuyeron a desenmascarar el caso Gürtel por el subdirector José Manuel Romero, quien recordó a todos aquellos que durante meses insistieron hasta enmudecer en que este gigantesco escándalo de corrupción era un "asunto menor y un caso irrelevante de baratos mangoneos de un grupo de aprovechados".

José M. Romero alaba la valentía de la redacción ante la trama Gürtel

En su intervención, Romero elogió el oficio del periodismo como una poderosa herramienta para "construir un mundo mejor, una sociedad más justa y un sistema político más limpio". El subdirector de EL PAÍS recordó los problemas a los que desde el primer momento se enfrentaron los redactores que investigaban esta trama.

"En el camino hemos tropezado con poderosos que soñaban con que nada se supiera, con que el secreto del sumario fuera eterno, con que jueces, fiscales y periodistas terminaran inhabilitados o amordazados. La realidad de los hechos venció a esos sueños envenenados", aseguró Romero, que dedicó también el premio a los periodistas de la Cadena SER Rodolfo Irago y Daniel Anido, que han sido víctimas de una condena por informar de un oscuro episodio de la democracia interna en el PP. "Ejercer el periodismo para denunciar la corrupción acarrea un peligro cierto de acabar sentado en el banquillo, acusado de delitos penados con cárcel o inhabilitación".

Lo que en principio algunos quisieron presentar como un asunto casi anecdótico, se ha cobrado ya la carrera de altos cargos del PP, entre ellos el tesorero nacional y senador Luis Bárcenas, el diputado nacional Jesús Merino, además de tres diputados regionales, un consejero autonómico y cuatro alcaldes. Y todo ello mientras se sucedían en los juzgados denuncias, dirigidas muchas de ellas a evitar supuestas filtraciones interesadas del sumario sobre las actividades ilegales vinculadas a administraciones dirigidas por el PP. Unas denuncias en las que se llegó a citar expresamente el nombre de los periodistas que firmaban las informaciones, con la intención de que abandonaran las investigaciones. Este trabajo en equipo fue valorado por el jurado de los premios Ortega, que destacó la valentía y el empeño de la redacción "al descubrir y denunciar este gran escándalo de corrupción política, frente a los innumerables intentos de muchos sectores por ocultar la verdad".

El periodismo de investigación, tal y como señaló ayer Romero, permite, tirando del hilo de una simple trabilla italiana en un pantalón a medida o de un safari de lujo en Sudáfrica, llegar a destapar una intrincada red de sobornos que ha salpicado a la cúpula del principal partido de la oposición. El subdirector de EL PAÍS también tuvo palabras de agradecimiento hacia la inmensa mayoría de los políticos, cuya gestión, "sin alharacas ni falsos anuncios", es ajena a cualquier clase de corrupción. "La política es una buena cosa; la corrupción es un cáncer que a veces se instala en ella; el periodismo ayuda a extirparlo".