El falaz 'efecto llamada' del maltrato
El Gobierno insiste en pedir a los medios de comunicación que se autorregulen - Expertos en estadística desmontan la tesis de Asuntos Sociales
El Gobierno cree que puede haber un cierto efecto llamada en las muertes por violencia de género y que las noticias sobre los crímenes pueden provocar más muertes. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, insistió ayer en la propuesta de que los medios de comunicación firmen protocolos de autorregulación sobre cómo abordar las informaciones de violencia de género.
El estudio en el que se basa el Gobierno para llegar a estas conclusiones ha sido elaborado por el forense Miguel Lorente y concluye que el 50,4% de las muertes sexistas entre 2003 y 2007 se acumularon en los tres días posteriores a otro crimen. ¿Hay realmente una relación causal entre un asesinato y el siguiente? ¿Es posible que la acumulación de sucesos sea mera casualidad?
Diversos estadísticos consideran que las reglas más simples de su ciencia desmontan la tesis del Gobierno y señalan que tal acumulación de casos en pocos días no es extraña. Si las muertes por violencia de género se distribuyeran de forma homogénea a lo largo de los 365 días del año, habría aproximadamente una víctima cada cinco días, pero esta secuencia no suele ser tan exacta y lo normal es que los casos se acumulen. En 2005, sí ocurrió algo así -los cinco días fueron la separación más frecuente entre un crimen- y esto sí que les parece raro a los estadísticos. "Eso es extrañísimo. Yo como estadístico torturaría a esos datos hasta que hablaran", señala el catedrático de la Universidad de Girona Lluís Planas, quien considera que los resultados del estudio de Lorente más que demostrar un efecto llamada pueden advertir de la existencia de un "efecto rechazo".
Los estadísticos basan su razonamiento en el proceso de Poisson, también conocido como ley de los sucesos raros, una regla que indica la forma en la que se distribuye un suceso en el tiempo. Se aplica sólo a sucesos poco frecuentes y aleatorios, es decir, en los que no existe posibilidad de que uno influya en el otro. "En este tipo de sucesos no se puede esperar una distribución uniforme de los valores en el tiempo, sino que se producen distribuciones que pueden parecer poco naturales", advierte José Miguel Angulo, catedrático de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Granada.
Angulo considera que la única forma de ver si en el agrupamiento intervienen factores que no son aleatorios sería hacer un análisis estadístico a fondo. Pero en principio, el resultado del estudio no le resulta extraño. "Si hubiera habido sólo 15 asesinatos sí que sería muy raro que el 50,4% se acumularan los tres primeros días tras otro previo, porque la distribución homogénea sería de uno cada 15 días. Pero en este caso, en el que lo normal sería uno cada cinco días no es extraño que el 50% se acumulan los tres primeros días. Tres es más del 50% de cinco", explica el catedrático. "Es una distribución relativamente normal y puede ser debida a la aleatoriedad", afirma.
La clave, advierte Angulo, es saber si los casos de violencia de género son sucesos independientes. "En principio, todos los días son iguales a los demás, por lo que habría que ver a qué obedece esa tendencia al agrupamiento. Y ahí lo principal es analizar si sólo interviene la aleatoriedad o hay otras causas". Angulo reconoce "intuir" que el agrupamiento en este caso no se explica "sólo" por razones matemáticas y que en la violencia de género pueden influir otros factores. Begoña Salamanca, doctora del departamento de Estadística de la Universidad de Sevilla, insiste en la misma cautela.
El autor del estudio que maneja el Gobierno y director general de asistencia jurídica a víctimas de violencia de la Junta de Andalucía, Miguel Lorente, cree que la difusión de un suceso de este tipo puede influir para "precipitar" otro crimen, aunque no cree que sea la causa. En cualquier caso, opina que "hay que informar de los casos" y que "no va a haber más muertes porque salgan noticias. Pero el que ya tenía pensado matar a su mujer, a lo mejor se decide a hacerlo cuando ve a otro". "Son muchos los agresores que dicen que las noticias les reafirmaron su conducta y las víctimas que nos cuentan que cuando veía con su pareja noticias de violencia de género él las usaba para amenazarle", afirma Lorente.
La socióloga Constanza Tobío, catedrática de la Universidad Carlos III y miembro del grupo de expertos que elabora el informeanual del Observatorio Estatal contra la Violencia de Género, defiende que la información sobre los casos de violencia de género tiene "efectos positivos". "Significa que los estamos asumiendo como un problema social que nos concierne a todos, que no es algo privado de la familia, y ayuda a hacer visible el problema para la sociedad y para las víctimas", señala.
El Ministerio de Trabajo señala sobre esta cuestión que los miembros del Gobierno "no son estadísticos" y que, por lo tanto, lo que hacen es escuchar lo que les dicen los expertos sobre el tema del "efecto llamada" y actuar en consecuencia, informa Mónica C. Belaza. "Pero no tenemos ninguna intención de censurar a los medios", asegura un portavoz del departamento. "Lo único que pretendemos es reunir a todos los que saben de este tema para ver cual es la mejor forma de informar para ayudar a erradicar este problema", añade.
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