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Los adolescentes levantan cada vez más la mano a sus padres

La Fiscalía General del Estado alerta del incremento de agresiones - En un año han aumentado un 56% los expedientes - Las familias piden ayuda y formación

No es responsabilidad sólo de las familias, se trata de un problema social. Porque los mensajes nocivos les llegan a los chavales por múltiples canales. Ante las situaciones de violencia doméstica de hijos contra sus padres, éstos se sienten indefensos, no saben cómo tratarlos cuando surge un conflicto grave. Y sólo en casos extremos, de auténtica desesperación, acaban poniendo el caso en manos de la justicia, denunciando a su hijo.

Ésta es la fotografía que describen los expertos al explicar el incremento de situaciones en las que los progenitores son agredidos por sus propios vástagos y sobre las que ha alertado la Fiscalía General del Estado en un informe anual de 2008. Y añade que en estas infracciones penales "no hay distinción de clases sociales".

Los casos de violencia se disparan "sin distinción de clases sociales"

Las cifras revelan el peso del problema y dónde situar la alerta. Los padres que llegaron a la situación límite en 2008 en España de denunciar el caso fueron 4.200 (es decir, que acabaron en la apertura de un expediente por agresión de hijos a progenitores), un 56% más que los 2.683 del año anterior. En España hay algo más de tres millones de menores de entre 12 y 18 años.

Pero los fiscales explican que en muchos casos no se llega a abrir el expediente, aunque los padres acudan a denunciar el caso, en un intento por solucionar el conflicto por una vía menos drástica con el objetivo de que no se deterioren "de manera irreversible" las relaciones entre los implicados en el problema. Así lo especifica además el informe de la Fiscalía. Éste apunta soluciones adoptadas en diferentes partes de España para estos casos como "la convivencia con grupos educativos" (realizada, por ejemplo, en Murcia) o las escuelas de padres (en Valencia).

Algunos fiscales expertos en menores señalan como otra posible causa de este incremento de denuncias los crecientes llamamientos públicos que se hacen sobre la violencia relacionada con los menores (el acoso escolar, los conflictos callejeros, etcétera), lo que hace que los padres estén cada vez más alerta. Y preocupados.

Los expedientes que se abren por agresiones de hijos a padres no tienen por qué acabar en un juicio, se resuelven con una mediación. Es crucial la intervención de figuras como el trabajador social y el psicólogo.

El experto en Psicología de la Educación Andrés González i Bellido explica que la clave está en la prevención y que ésta, hoy por hoy, sólo se puede hacer en el sistema educativo. El centro escolar es el único lugar en el que se contempla la existencia de esta figura, aunque con diversas funciones, como la de orientador. "Sería importante incorporar psicólogos en todos los centros públicos que se dediquen específicamente a la mediación porque son los especialistas en conducta, y este tipo de problemas están relacionados con eso, son conductuales y de crear límites". González i Bellido dice que "a la violencia se llega cuando se han agotado todos los recursos para el diálogo o cuando los padres no los tienen, es decir, no saben cómo abordar el problema con su hijo". "Hay que trabajar la mediación con los jóvenes en los centros educativos, para que aprendan límites, a dialogar, etcétera, y con los padres a través de las escuelas de padres".

Pedro Rascón, presidente de la confederación laica de asociaciones de padres, Ceapa, insiste en que "es un problema de todos". Pide más ayuda e implicación de las administraciones y un sistema de formación bien organizado para los padres. "Hay una demanda inmensa de ella, cada vez mayor. Los padres ven cómo los hijos interiorizan mensajes y valores que les llegan por todas partes (la televisión, los videojuegos...) y no saben cómo actuar en muchas situaciones de conflicto".

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