Conmoción en Israel por el peor atentado contra los gays
Ningún dirigente laico se ahorró ayer las condenas al ataque más grave contra la comunidad de gays y lesbianas de Israel perpetrado la noche del sábado en Tel Aviv. Un hombre de 26 años y una adolescente de 16 murieron cuando un pistolero abrió fuego contra las personas que se hallaban en un club para jóvenes homosexuales de una ciudad que, como afirmaba ayer su alcalde, Ron Huldai, "continuará ofreciendo la bienvenida a la comunidad de gays y lesbianas y que luchará para que todos vivan su vida como crean apropiado".
Quince personas resultaron heridas, seis de ellas graves, en un local que presentaba un aspecto dantesco después del atentado.
Desde el primer ministro, Benjamín Netanyahu, hasta la jefa de la oposición, Tzipi Livni, pasando por un sinfín de diputados y líderes políticos, y rabinos de las corrientes más liberales del judaísmo se sumaron a las protestas de miles de personas, mientras cientos de policías buscaban casa a casa al autor del crimen, que perpetró los asesinatos encapuchado y vestido de negro. Aunque el partido ultraortodoxo sefardí Shas condenó también el baño de sangre, se convirtió en la principal diana de las críticas de los políticos. No es de extrañar. Diputados del Shas consideran la homosexualidad un pecado aberrante.
Niños sin visitas
Shelly Yachimovich, diputada laborista, incidió en una circunstancia desgarradora. "El hecho de que haya niños heridos en el hospital que no han sido visitados por sus padres lo dice todo". Aludía a los padres de algún menor ultraortodoxo. Estos gays no pueden proclamarse como tales. Prefieren abandonar el gueto en el que viven.
El suceso sangriento es otro síntoma de uno de los males que aquejan a una sociedad profundamente dividida entre los mayoritarios sectores laicos y los grupos religiosos más recalcitrantes, que no son precisamente minúsculos. Mike Hamel, director de Aguda, organización que agrupa a homosexuales y transexuales, acusó: "Individuos representados por Eli Yishai (ministro en el Gobierno de Netanyahu) están promoviendo el odio y son todavía más fuertes que la actitud crecientemente favorable hacia la homosexualidad".
Hace cinco años, un participante en la Gay Parade de Jerusalén, fue apuñalado y herido grave.
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