_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Obligación de memoria

Los que hemos accedido al ambiguo privilegio de seniors, sabemos lo difícil que es hoy asumir sin traumas las servidumbres de la edad, o, más sencillamente, ser y vivir como viejo. No es que antes ser mayor fuera sólo una condición destinada a la veneración y a la gloria, pero ahora las voraces urgencias de poder y dinero y la glorificación social de la juvenilidad confirman a los maduros en su decrepitud individual, los condenan a la inutilidad colectiva. Y si no que se lo pregunten a tantos compañeros en años y en amistad a quienes han desposeído de todo, dejándoles como único destino morirse de asco y de olvido. ¿Verdad, admirado Isaac Díaz Pardo?

Claro que la edad no perdona y la inevitable fragilidad del yo siempre penosa se traduce con frecuencia en reblandecimiento de las convicciones, en involución ideológica. A ella se deben los reniegos de algunos luchadores contra el franquismo, que descubren que todos fuimos iguales en los desmanes cometidos, que fechorías hubo en los dos bandos.

No, no fue así. Sólo cuando la sublevación militar y sus aliados nazi-fascistas quisieron poner fin a la legalidad republicana se produjeron excesos en su ámbito. A recordar el sentido y el combate democrático de la República nos hemos comprometido bastantes españoles de entonces. Atacar la necesaria labor del juez Garzón de indagación de la identidad de los muertos del franquismo, avalada por el Comité Pro Derechos Humanos de las Naciones Unidas, es alinearse con el reaccionarismo hispano de siempre.

El libro Tres muertos de la democracia, de próxima aparición, presenta la vida y la muerte de tres luchadores ejemplares -un socialista, Antonio Amat; un comunista, Vicente Cazcarra, y un libertario, José Martínez- que no cupieron en el posfranquismo, y nos señala, desde nuestra obligación de memoria, que la democracia en España sigue siendo un proyecto, en buena medida, incumplido.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_