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506 euros de luz y de pensión

José Oti, un jubilado que vive enganchado a un respirador, recibió una factura desorbitada y un aviso de corte de la compañía, que asegura que es un error

Pilar Álvarez

José Oti, de 80 años, es un señor irónico. "Estoy muy enganchado a las máquinas", dice despacio, como hace casi todo este anciano. Camina lento y respira con dificultad, con un carraspeo sonoro y continuo que acompaña sin remedio sus palabras. Su casa, un bajo en un bloque de viviendas del barrio de Canillejas (San Blas) en el que vive solo, está llena de fotografías y de respiradores, las máquinas a las que está "enganchado" y que usa a diario de forma intermitente. Las paredes del domicilio están repletas con las imágenes de sus nietos cuando eran bebés y, años más tarde, como marineritos de primera comunión. Junto a las fotos de marcos dorados descansan también sus respiradores, los que usa desde hace más de dos años y medio para mitigar con chutes de oxígeno una enfermedad pulmonar.

"Si me quedo sin luz no puedo cargar los aparatos", dice el afectado
La eléctrica admite que no hay forma de detectar las facturas infladas

Hay una bombona de aire más alta que una mesa enchufada en el salón, otra junto a la cama que usa para dormir y el respiradero de paseo, con un asidero y ruedas como los carritos de la compra, que usa para moverse con más libertad por la vivienda o cuando sale de casa para dar una vuelta por el barrio. "Hay que estirar las piernas, hija". Uno de esos días de paseo, en julio, abrió como cada mes la carta con la factura de la luz que le envía puntualmente Gas Natural Fenosa. Y se asustó. El recibo era de 506,7 euros, 13 veces más que los 38 que suele pagar (excepto dos facturas de unos 200 euros de enero y marzo que abonó sin rechistar) y casi lo mismo que ingresa al mes. La pensión mensual de Oti, que trabajó como ganadero en Cantabria y después como taxista en Madrid, es de 587,80 euros.

El anciano cuenta que, al ver la cantidad adeudada, llamó a la compañía para decirles que debía haber un error y avisó a su banco para que no pagara la factura. El 5 de septiembre le llegó una nueva carta de la eléctrica advirtiéndole de que, si no pagaba los 506 euros antes del 1 de noviembre, le cortarían la electricidad. "En caso de no efectuar el pago, procederemos a la suspensión del suministro el próximo 04-11-2010 entre las 8.30 y las 14.00", se lee en el documento que guarda primorosamente con todas las facturas.

"Si me quedo sin luz, no puedo cargar las baterías de los respiradores y voy directo al hospital", señalaba el anciano el pasado miércoles. Horas más tarde, una portavoz de Gas Natural Fenosa con la que contactó este periódico aseguró que todo se debía "a un error" y que no se cortaría la luz en la vivienda. El operario que revisa los contadores cada dos meses leyó mal el del anciano, situado en el portal de la casa y "parado desde hace semanas", según Oti.

"Hubo un baile de cifras en esa lectura", explica la portavoz de la eléctrica, que asegura que el aviso de corte de luz se paralizó al recibir la llamada del anciano, algo que, según la empresa, ocurrió 10 días después de que le mandaran la carta de advertencia y no antes como dice Oti. "Son cartas que se generan de forma automática cuando un usuario no abona una mensualidad. Se cruzó con su reclamación", explican desde la compañía.

La empresa tiene un sistema automático para enviar cartas que avisan de cortes pero, según admite la portavoz, no existe otro similar para alertar al usuario de que ese proceso se ha parado ni uno que ponga sobre aviso a la eléctrica cuando un consumo se dispara un mes. "No hay forma de detectar una factura inflada, si el cliente no lo reclama no podemos comprobarlas una por una", añade la portavoz.

La empresa eléctrica revisará el contador y "refacturará" los 506 euros de José Oti, que se enteró de la buena nueva por este periódico. Sin embargo, no revisará las otras dos facturas de más de 200 euros que el anciano pagó en enero y marzo. "Si no lo reclama, no se revisa", añade la portavoz. "Si la compañía ha detectado un error, debería revisar de oficio las facturas anteriores y, sobre todo, tendría que avisar al usuario de que la culpa es suya igual que le alertó antes de que se quedaría sin luz por impago", señala Rubén Sánchez, de la Asociación de Consumidores Facua. Oti aseguraba ayer que nadie se ha puesto aún en contacto con él.

José Oti, en su casa, conectado al respirador eléctrico que le acompaña a diario.
José Oti, en su casa, conectado al respirador eléctrico que le acompaña a diario.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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