Una rehén británica muere en Afganistán en un rescate fallido

Una cooperante británica que había sido secuestrada en Afganistán en septiembre fue asesinada el viernes por sus captores durante una operación de rescate que llevaron a cabo fuerzas estadounidenses por cuenta de la ISAF (Fuerza Internacional para la Asistencia de la Seguridad en Afganistán, en sus siglas inglesas), anunciaron ayer las autoridades británicas y fuentes de la OTAN.

La muerte de la civil británica se suma a la de cuatro militares italianos, ayer, en un ataque de los talibanes en el oeste del país. Mientras, el Gobierno paquistaní anunció la reapertura "con efecto inmediato", tras nueve días de bloqueo, del paso de Khyber, el principal tránsito para los camiones que transportan suministros a las fuerzas de la OTAN en Afganistán. Islamabad había cerrado el paso como represalia por la muerte de civiles y militares en los bombardeos estadounidenses dirigidos contra talibanes afincados en territorio paquistaní.

Los insurgentes islamistas, por su parte, prosiguieron en su ofensiva contra los camiones de abastecimiento de la OTAN, destruyendo una treintena de camiones en Baluchistán. Con esos, ya son 140 los vehículos quemados esta semana.

La muerte de la cooperante británica fue confirmada en Londres. "Linda Norgrove, la trabajadora humanitaria secuestrada en el este de Afganistán el 26 de septiembre, fue asesinada por sus secuestradores en el transcurso de una operación de salvamento la pasada noche", confirmó ayer el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague.

La operación, en la que no participaron tropas británicas -desplegadas al sur del país-, fue defendida por el primer ministro, David Cameron, que se solidarizó con la familia de la escocesa Norgrove, de 36 años, perteneciente a la organización estadounidense DAI. "Las decisiones sobre las operaciones para liberar rehenes son siempre difíciles. Pero cuando la vida de un británico está en peligro, y si nosotros y nuestros aliados podemos actuar, creo que es correcto intentarlo", dijo Cameron.

El general David Petraeus, comandante en jefe de los 152.000 soldados estadounidenses y aliados en Afganistán, declaró por su parte que sus militares habían hecho "todo lo posible" para salvar a la cooperante. "La responsabilidad de esta conclusión trágica recae enteramente en los que la tomaron como rehén", manifestó por su parte el jefe de la diplomacia británica.

La operación de rescate no es la primera desarrollada en el país asiático para liberar a rehenes extranjeros. Una incursión de comandos británicos logró rescatar al periodista Stephen Farrell, de The New York Times y nacionalidad británica, en septiembre de 2009. Pero en el operativo resultaron muertos un soldado británico y tres civiles afganos, entre ellos el intérprete del reportero.