Un rebrote de las protestas en El Cairo causa mil heridos
Cientos de jóvenes piden que se juzgue ya a los responsables de las matanzas
El suelo de la plaza más famosa de Egipto vuelve a estar sembrado de pedazos de adoquines. Unas 1.000 personas, según fuentes oficiales, resultaron heridas en los enfrentamientos que se produjeron en la noche del martes al miércoles en la plaza Tahrir (de la Liberación) de El Cairo, escenario de las protestas que culminaron el pasado febrero con la caída de Hosni Mubarak.
Cientos de jóvenes se echaron a la calle para expresar su descontento por el retraso en el juicio de los responsables de las muertes de los manifestantes de la revuelta, así como por el lento desarrollo que a su juicio mina el proceso de transición hacia la democracia.
Volvieron a oírse sirenas de ambulancias y policías en la plaza de la Liberación. Lo mismo que en aquellos 18 días de protestas que acabaron con el reinado de Hosni Mubarak, ayer se volvió a llenar la plaza de botes de humo lacrimógeno, algunos de ellos caducados desde 1995, como se apreciaba al cogerlos.
Los manifestantes vuelven a Tahrir para pedir una transición más rápida
La protesta estalló el martes a las seis de la tarde, cuando un grupo de familiares de los más de 800 muertos que dejó la revolución protestaba contra un homenaje a los policías fallecidos durante la revuelta en el Balloon Theatre de El Cairo. Los jóvenes fueron "violentamente reprimidos" por los agentes, según contó la activista Gigi Ibrahim. Los manifestantes emprendieron entonces la marcha hacia la plaza de Tahrir y lanzaron piedras contra el Ministerio del Interior.
La agencia oficial de noticias Mena explicó que los manifestantes eran miembros de la familia de uno de los "mártires de la revolución" y que la policía antidisturbios se desplegó en las proximidades del Ministerio y acordonó la zona después de que los manifestantes atacaran a los agentes con piedras. La noticia de los enfrentamientos tardó poco en extenderse por las redes sociales, lo que provocó que más jóvenes se sumasen a la protesta en la plaza.
Dos días antes había sido aplazado por tercera vez el juicio contra Habib el Adly, el antiguo ministro del Interior, a quien se acusaba del asesinato deliberado de 846 manifestantes. Su defensa rechazó al tribunal y al juez por "corruptos". A los mismos cargos se enfrentan Mubarak y sus dos hijos Alaa y Gamal. El primero se encuentra bajo arresto en un hospital de Sharm el Sheij, donde ingresó el pasado 13 de abril después de sufrir una crisis cardiaca durante su interrogatorio. Sus dos hijos, sin embargo, aguardan encarcelados en la capital la celebración del juicio, previsto para el 3 de agosto.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que gobierna el país desde la caída de Mubarak prohibió las manifestaciones poco tiempo después de concluir la revuelta del 18 de enero. Más de 5.000 personas han sido detenidas desde entonces y están siendo juzgadas en juicios militares. Muchos de los detenidos pedían la dimisión del mariscal Mohamed Hussein Tantawi, quien está al frente de la Junta Militar y al que se identifica en las protestas con el régimen de Mubarak.
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