"¿Cuál es el problema de un eje entre Venezuela, Bolivia y Ecuador?"
"No podemos atender a los 50.000 parados que hay en España", dice el recién reelegido mandatario ecuatoriano
"Hay 50.000 parados ecuatorianos en España y, por supuesto, si nos regresan los 50.000, no vamos a poder atenderlos. Ahora regresan unas 5.000 familias al año; estamos preparándonos para que aumente esa tendencia, de 5, a 8 o 10.000 familias. Intentamos también darles allá todo el apoyo posible, a nivel legal, para garantizar sus derechos, y a nivel de la Casa Ecuatoriana, para que tengan un lugar de encuentro, de vínculo con su patria y su cultura. Pero, obviamente, el problema que se vive es muy grave y no podemos resolver el paro en España". El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reelegido por abrumadora mayoría hace pocas horas, recibe a EL PAÍS en una salita del palacio presidencial, mientras abajo, en el hermoso patio colonial, se prepara el relevo de la guardia, al que tiene previsto asistir.
"La Cumbre de las Américas marcó un hito en las relaciones con Estados Unidos, básicamente por la actitud personal del presidente Obama"
Pregunta. España está viviendo una crisis económica muy fuerte, con cuatro millones de parados y crecimiento nulo. ¿Hasta qué punto puede afectar esta crisis a las inversiones españolas en Ecuador?
Respuesta. En primer lugar, no sólo es España la que está sufriendo los embates de la crisis. Es generalizada. Gracias a Dios, aquí, en Ecuador, tenemos una política fiscal anticíclica. Hemos podido contener en gran medida los efectos de la crisis, pese a que nos golpeó por partida triple. Porque no se trata sólo de la pérdida de mercados de exportación, baja inversión y difícil financiamiento, si no de que, por el paro en España, se han desplomado las remesas de los emigrantes, como también ha pasado con el precio del petróleo. Pese a eso, hemos aplicado las políticas adecuadas y hemos logrado contener los efectos negativos de la crisis. En cuanto a las inversiones españolas en Ecuador, lastimosamente no son muy significativas. Al menos, no tienen nada que ver con las inversiones en Colombia. Ojalá que eso cambie, porque no lo entendemos. Ecuador es una isla de paz y Colombia es una región bastante conflictiva. En todo caso, creo que las más grandes inversiones españolas no se verán afectadas. Son empresas bastante sólidas que, incluso, han presentado un programa de inversiones, que están cumpliendo. Me refiero a Repsol, a Telefónica. Esperamos que cumplan los acuerdos. Con Repsol llegamos a un acuerdo para un cronograma de inversiones. Se comprometieron cuando ya existía la crisis, así que esperamos que lo cumplan.
P. Se habla mucho de un eje entre Venezuela, Bolivia y Ecuador. Desde su punto de vista, ¿existe ese eje?
R. ¿Cuál es el problema si existiera un eje? Nosotros tenemos excelentes relaciones con todos los países de la región. Probablemente, he viajado más veces a Brasil que a Venezuela. He viajado muchas más veces a Argentina. Si quieren buscar ejes, búsquenlos y encuéntrelos. El que haya un eje no tendría nada de malo, pero explícitamente no existe ninguno. Se habla mucho y se confunde populismo con popular. Que me relacionen con Chávez, ¿cuál es el problema? ¿Acaso Zapatero no tiene relaciones con Berlusconi? ¡Qué vergüenza!
P. Hablemos sobre su voluntad de crear una arquitectura financiera regional.
R. Eso es algo que he venido proponiendo desde hace tiempo y ya se está concretando. En realidad, lo que ha vivido América Latina es un completo absurdo, fruto entre otras cosas del neoliberalismo, porque en la época de los noventa se hicieron todos los bancos centrales autónomos. No existe ninguna razón técnica, teórica, para ello, pero se empeñaron en que con bancos centrales autónomos todo marchaba mejor. Eso fue una gran falsedad. Eran autónomos de nuestras democracias, pero muy dependientes de burócratas internacionales. Esos bancos centrales manejan nuestras reservas monetarias y las invierten en el exterior, en el primer mundo. Y América Latina tiene más de 200.000 millones de dólares para financiar a EE UU y a Europa. Eso es un absurdo.
P. ¿Qué propone entonces?
R. Traer esas reservas, hacer un fondo de reservas del Sur que sirva para respaldar las monedas nacionales, las crisis de balanzas de pago, las crisis fiscales. Es más, con todos los países uniendo reservas, se requieren menos reservas por país. Con menos reservas, pero uniéndolas, se puede tener más seguridad. Es lo que estamos proponiendo a América Latina y lo que hay decisión de construir. El Banco del Sur, financiado con fondos de la región, va a estar operativo ya mismo.
P. ¿En qué se emplearía esa fondo?
R. En ayudar a esas obras de desarrollo, sobre todo infraestructura integracionista: infraestructura energética, vialidad, etcétera. Para recurrir al Banco de Desarrollo, a nivel mundial, nos ponen una serie de condiciones que obedecen a percepciones muy particulares. Tenemos que independizarnos de todo eso. Así pues, los puntos de la estrategia regional son: el Banco del Sur, el Fondo Regional de Reserva del Sur y la moneda regional, que puede empezar primero con una moneda electrónica, con sistemas de compensación, una especie de unidad de cuenta, como era el ECU. Eso es lo que aquí está satanizado. Y eso es lo que ya hemos empezado. Firmamos hace dos semanas con Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Paraguay y los países del Caribe.
P. La economía ecuatoriana esta dolarizada. ¿Se va a mantener así?
R. Yo siempre he dicho que voy a sostener la dolarización. Pero también he dicho siempre que en buena hora nos llegaría una moneda regional, como existe en la Unión Europea. Eso es lo mejor que le podría ocurrir a América Latina. La gente está asustada pensando que queremos salirnos de la dolarización. Pero, ¿cuál es el objetivo?, ¿la dolarización o el progreso de nuestros países? Qué mejor que lograr una unión monetaria latinoamericana. Y eso también se esta satanizando. Insisto, eso no implica la salida de la dolarización. Pero ratifico que seremos los más grandes impulsores de una moneda regional, y ojalá lo podamos lograr en el menor tiempo posible. Salir de la dolarización sería un caos. En la economía hay que cosas que no son difíciles para entrar, pero sí muy difíciles para salir.
P. Su reciente encuentro con el presidente estadounidense, Barack Obama, fue muy cordial. ¿Cree que mejorarán las relaciones con Estados Unidos?
R. Como siempre, las relaciones fueron en un marco de mutuo respeto. He tenido siempre relaciones muy cordiales, incluso cuando estaba [George W.] Bush en el Gobierno. No compartíamos su política exterior, desde luego. Pero sí creo que la Cumbre de las Américas marcó un hito en las relaciones con Estados Unidos, básicamente por la actitud personal del presidente Obama: muy abierto, muy cordial, muy interesado en el problema de la región, lo que nos hace presumir un cambio importante en la relación de América Latina con EE UU.
P. ¿Como está la situación de los bonos global de la deuda de Ecuador, que se dijo que quedarían impagados?
R. Hemos presentado una oferta de recompra a los tenedores y estamos esperando que se inscriban. El 26 de mayo tendremos ya una información completa. La recompra es del 30%, el 70% de descuento.
P. ¿Afecta eso a las relaciones con Brasil?
R. Ése fue un problema aparte, un malentendido. Un problema con una constructora muy importante en Brasil que hizo una red viaria. Nos dejó endeudados con más de 200 millones de dólares con el Banco de Desarrollo de Brasil. Además de perder esa plata, ese contrato tenía aspectos de capitalización de interés sobre interés, prohibidos por la Constitución ecuatoriana y por la brasileña. Eso es lo que hemos impugnado ante un arbitraje. El presidente [Luiz Inácio] Lula, con todo respeto, estuvo entonces mal asesorado y retiró a su embajador en Ecuador. Pero ahora todo está bien y seguimos con la demanda de arbitraje.
P. Da la impresión de que Brasil, una potencia económica impresionante, está adoptando cierto liderazgo en la región.
R. No hay duda. A pesar de que somos países iguales, soberanos, independientes, nadie puede dudar de la importancia de Brasil. Es una de las 10 economías más grandes del mundo, así que si adopta un liderazgo, en buena hora, con tal de que sea en el marco del más profundo respeto para los demás países de la región, que es lo que siempre ha habido por parte del presidente Lula.
P. En el discurso que dio usted tras lograr la victoria dijo que había la posibilidad de un acuerdo nacional, pero que no hablaría con Lucio Gutiérrez ni con Álvaro Noboa, ¿porque no son interlocutores validos para usted? ¿Quién representa entonces la oposición en Ecuador?
R. ¿Cuál es la ideología de Sociedad Patriótica? Es una amalgama de ambiciones personales. ¿Cuál es la ideología del PRIAN [formación de Álvaro Noboa]? Un partido formado por un magnate ecuatoriano, que no paga impuestos. Yo, más que no hablar con estos dos partidos, lo que no voy a hacer es hablar con Lucio Gutiérrez personalmente. O con Álvaro Noboa. Sería como traicionar a mis electores. Yo estoy aquí como una reacción ciudadana ante esa mediocridad de la clase política, con falta de calidad moral, de competencia de esos politiqueros. Traicionaría mi conciencia, en primer lugar, y luego a mis electores. Ellos son los causantes de la tragedia nacional.
P. ¿Y el alcalde de Guayaquil?
R. Jaime Nebot es un alcalde, una autoridad local. No es que haya un proyecto nacional entorno a él, pero al menos pertenece a un partido que tiene una ideología. Es una persona capaz, que, al menos, uno sabe donde está. Vaya a ver la trayectoria de Lucio Gutiérrez. Cuando le conviene es católico, cuando le conviene es evangélico, o comunista y se reúne con las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] y luego nos acusan de que somos nosotros los que nos reunimos con ellos. Imposible trabajar así. Por el contrario, yo puedo estar totalmente en desacuerdo con el alcalde de Guayaquil, pero al menos sé dónde está y sé lo que representa.
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