Un hermano del presidente Karzai, en la nómina de la CIA
Sobre Ahmed Wali Karzai, hermano del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, se hicieron ayer dos afirmaciones. La primera, que ha estado recibiendo pagos regulares de la CIA. La segunda, que habría participado de forma activa en el lucrativo, ilegal y floreciente tráfico de opio en aquel país. La noticia fue primicia del diario The New York Times y citaba fuentes de la actual y anterior Administración.
Durante los últimos ocho años, Ahmed Wali Karzai ayudó a reclutar fuerzas paramilitares que trabajaron bajo la dirección de la CIA en la zona de la que procede el presidente, la provincia de Kandahar, como parte de su misión por estar en la nómina de los servicios de espionaje de EE UU. La agencia no ha confirmado o desmentido los pagos. Sólo dijo, a través de una portavoz, que "ninguna organización de inteligencia que merezca ese nombre se molestaría siquiera en contestar esa clase de acusaciones".
Como informaba el Times, los lazos entre el hermano del presidente afgano -forzado a repetir las elecciones el próximo mes de noviembre debido a un fraude electoral en el que parece que ha estado involucrado Ahmed Wali Karzai- y la agencia de inteligencia levantan muchos y serios interrogantes sobre la estrategia de guerra de la Casa Blanca, en proceso de revisión en la actualidad. Las relaciones de Washington con el actual gobernante afgano crecen en tensión cada día que pasa y cuestionan la implicación de la CIA en la lucha real contra el narcotráfico, siempre según el rotativo neoyorquino.
Ahmed Wali Karzai negó en una entrevista recibir pagos de la CIA o estar involucrado en el tráfico de drogas. Sí admitió su cooperación con funcionarios estadounidenses civiles y militares. "No conozco a nadie bajo el nombre de CIA", dijo Karzai. "Nunca he recibido dinero de ninguna organización. Colaboro, definitivamente. Ayudo a otros estadounidenses donde puedo. Es mi deber como afgano", puntualizó. "Si parece un pato y grazna como un pato es probablemente un pato", insistía una fuente norteamericana en el diario.
Según las fuentes oficiales utilizadas por el Times, el tráfico de opio en Afganistán -el mayor del mundo- amenaza directamente la estabilidad del Estado afgano, al proveer de fondos a la insurgencia talibán y corromper a los funcionarios del país.
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