La UE suspende por falta de ideas la cumbre sobre el empleo
El paro y el malestar social siguen creciendo en Europa, pero a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se les han acabado las ideas para combatir ese azote. Dan por hecho que los distintos planes e iniciativas dirigidos a revitalizar la economía continental, con su efecto natural sobre el empleo, son suficientes y hacen innecesaria una nueva cumbre específica para tratar del desempleo prevista para el próximo 7 de mayo en Praga, como pretendían la República Checa y la Comisión Europea. A los líderes europeos les asusta aparecer con las manos vacías ante el electorado a un mes de las elecciones europeas de junio, a juzgar por las palabras de Angela Merkel.
La cumbre de esta semana en Bruselas, quinta de una serie monográfica que empezó en noviembre sobre la crisis económica y financiera mundial, debería haber dado el espaldarazo a otra cita de jefes de Estado y de Gobierno con el objetivo exclusivo de discutir sobre el desempleo y las estrategias para combatirlo. Así se anunció el mes pasado y así estaba previsto que fuera hasta que Nicolas Sarkozy -llegado de una jornada de huelgas y manifestaciones en las calles de Francia- dio un golpe en la mesa y preguntó directamente a Barroso, gran promotor de la idea, junto con la presidencia checa de turno, qué necesidad había de ella y qué nuevas ofertas se podían plantear.
Traslado de Renault
Mientras, el anuncio de que el fabricante de automóviles Renault trasladará a Francia parte de su producción en Eslovenia encendió todas las alarmas de la UE sobre lo que a primera vista parece una medida proteccionista francesa -la repatriación del modelo Clío- para crear 400 puestos de trabajo en la planta de Flins, cerca de París. La Comisión Europea pidió a Sarkozy una clarificación inmediata de los hechos.
La decisión de Renault no pudo llegar en un momento peor. Para defender la cancelación de la cumbre del empleo, Merkel señaló que debatir sobre un asunto de alta sensibilidad social, sin garantías de resultados tangibles y en vísperas de las elecciones europeas, suponía demasiado riesgo político. Gordon Brown apoyó a la canciller. José Luís Rodríguez Zapatero guardó silencio.
Zapatero habló el jueves, en la llamada cumbre social (con presencia de la patronal y los sindicatos) que precede a cada Consejo Europeo de primavera, para subrayar la importancia del empleo y la necesidad de que Europa haga un mayor esfuerzo del realizado hasta la fecha en ese frente.
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