Sarkozy tensa la relación con México por una condena
El presidente reclama el traslado de una francesa sentenciada por secuestro
La suerte de Florence Cassez, una francesa condenada a 60 años por la justicia mexicana como cómplice de secuestro, envenena cada vez más las relaciones entre París y México. El jueves, los jueces mexicanos rechazaron el recurso de los abogados de Cassez y confirmaron toda la sentencia y toda la condena. Ya no hay más recursos posibles. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que se ha implicado mucho en este asunto, recibió ayer a los padres de la reclusa -ya lo ha hecho 10 veces en los últimos seis años- y reclamó públicamente a México que Cassez sea trasladada a una cárcel francesa "por razones humanitarias y porque existen unas convenciones internacionales que hay que respetar".
El caso amenaza la celebración del año franco-mexicano de la cultura en 2011
Las condiciones de la detención de Cassez, de 36 años, no están claras. Un montaje televisivo emitido el 9 de noviembre de 2005 por la cadena Televisa falsificó la irrupción de la policía en el rancho donde la banda de secuestradores -liderada por el entonces novio de Cassez- mantenía a tres personas como rehenes. De hecho, Cassez había sido arrestada un día antes, en una carretera. Además, los testimonios de las víctimas de los secuestradores han ido cambiando con el tiempo, según denuncia el abogado de Cassez. Con todo, la justicia mexicana considera que Cassez sabía a lo que se dedicaba su novio, cosa que ella, que ha mantenido siempre su inocencia, niega.
La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, considera que su compatriota ha sufrido "una denegación de justicia". Y añadió días atrás que estaba dispuesta a no participar en la celebración, en 2011, del año franco-mexicano en Francia, que prevé un conjunto de exposiciones y de actos culturales, tanto en París como en otras ciudades francesas. De hecho, los medios franceses especulaban ayer con la anulación pura y simple de todas las celebraciones previstas y con dar por cerrado este año franco-mexicano como señal de rechazo a las instituciones mexicanas.
Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista, apoyó al Gobierno y se sumó al previsible boicoteo. Desde el otro lado, el escritor Carlos Fuentes abogaba ayer desde México para que se mantuviera la celebración. También Florence Cassez era partidaria de que no se anulara nada "ya que el olvido era lo peor".
Finalmente, Sarkozy le ha dado la razón y decidió ayer mantener todos los actos previstos. Pero con ciertas condiciones: "Se dedicarán a Florence Cassez. En cada reunión o en cada acto en el que participe un miembro del Estado francés, este dedicará su intervención a recordar el problema de Cassez. Yo mismo lo haré. Inauguraré ese año hablando sobre Cassez". Para Sarkozy, "una cosa es el pueblo mexicano, del que somos amigos, y otra cosa son ciertos dirigentes", sin especificar más.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.