Occidente amenaza con endurecer las sanciones a Siria
Londres admite que "no hay ni la más remota posibilidad de atacar"
El ministro británico de Exteriores, William Hague, admitió ayer en declaraciones a la BBC que "no hay ni la más remota posibilidad" de que haya un ataque militar contra el régimen sirio a pesar del precedente de Libia. O quizás debido precisamente al precedente de Libia. Sus declaraciones se realizaron horas antes de que anoche se reuniera a puerta cerrada el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York para discutir la situación en Siria. Quizás el objetivo de Hague era allanar la posibilidad de que se abra paso una resolución contra Damasco, que hasta ahora ha tropezado con la oposición de países como India, Brasil y, sobre todo, Rusia y China, que no quieren de ninguna manera autorizar una intervención armada en Siria.
El asalto del Ejército a Hama se cobró ayer cuatro muertes más
El régimen de Bachar el Asad, por su parte, no parece dispuesto a ceder ni un milímetro ante los manifestantes que piden democracia. Según la agencia Reuters, tropas del Ejército, con el apoyo de tanques, lanzaron ayer nuevos ataques en áreas residenciales de la ciudad de Hama, provocando la muerte de al menos cuatro civiles. Con estas cuatro víctimas -y dos más en la provincia de Deir al Zor-, más de un centenar de manifestantes han muerto en Hama desde el domingo, y unos 125 en toda Siria, según grupos opositores y de derechos humanos.
Anoche, más de 20 blindados del Ejército sirio entraron también en Zabadani, en la frontera con Líbano, después de que los habitantes de la localidad se manifestaran en solidaridad con los ciudadanos de Hama. Tres personas resultaron heridas.
En el terreno diplomático, quizás el hecho más significativo fueron las duras declaraciones del presidente turco, Abdulá Gül. "No podemos mantenernos callados y aceptar esta sangrienta atmósfera justo cuando empieza el Ramadán", declaró. "Es imposible mantenerse en silencio ante estos acontecimientos que todos hemos podido ver. Urjo a la Administración siria a detener la violencia contra el pueblo y a poner en marcha las reformas necesarias para construir el futuro del país a partir de la paz y la estabilidad", añadió.
La Unión Europea se unió a la presión internacional al típico estilo de la burocracia comunitaria: Bruselas amplió con cuatro nuevos nombres la lista de 35 personas del régimen sirio, incluido el presidente El Asad, que tienen sus bienes congelados y a los que no se les permite entrar en territorio comunitario. Los nombres de esas cuatro personas aún no han sido revelados. La representante de la política exterior de la UE, lady Ashton, advirtió que se darán nuevos pasos "si el liderazgo sirio sigue por este camino".
El jefe del Foreign Office apostó también por incrementar la presión sobre Damasco por vía diplomática. Hague se inclinó por hacerlo a través del Consejo de Seguridad, como ya habían pedido la víspera países como Alemania e Italia, a los que ayer se unió Francia. El Consejo de Seguridad se reunió anoche para discutir la situación a puerta cerrada, pero lo máximo que se esperaba es que el baño de sangre de estos días permita reavivar el proyecto de resolución de condena a Damasco que los vetos seguros de China y Rusia han dejado durante semanas en el limbo. Pekín y Moscú se abstuvieron en las resoluciones del Consejo de Seguridad concernientes a Libia, y después denunciaron que los países occidentales violaron los términos de las resoluciones.
[La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se reunirá hoy en Washington con opositores sirios en el exilio, en su primera entrevista con activistas contrarios al régimen de El Asad desde el inicio de las protestas, en marzo, informa Reuters].
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