La OEA aísla a los golpistas
Es la primera vez que el organismo suspende a un país desde Cuba, en 1962
La Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió en la madrugada del domingo a Honduras debido al golpe de Estado que depuso al presidente Manuel Zelaya y la negativa del Gobierno interino de restituirlo en su cargo. Con la medida, la OEA pretende aislar al empobrecido país de Centroamérica, cuya frágil economía depende en gran medida de la ayuda externa.
La suspensión fue decidida en sesión extraordinaria de la Asamblea General -con sede en Washington- por 33 votos a favor y una abstención, la de Honduras (un total de 34 países conforma la asociación panamericana). La Asamblea actuó siguiendo el artículo 21 de la Carta Interamericana Democrática, que da a los países miembros el derecho a suspender como miembro a un país en caso de "una interrupción inconstitucional del orden democrático" y "cuando han fallado los esfuerzos diplomáticos para intentar resolver la situación".
La primera y única vez que se expulsó a un país del organismo -creado en 1948- fue en 1962, aunque por causas bien distintas. Cuba quedó entonces fuera de la OEA por su régimen comunista y su alineamiento con el entonces bloque soviético.
Con la decisión tomada por la Asamblea General extraordinaria de la OEA en Washington, Honduras protagoniza el segundo caso en que el organismo hemisférico promueve la restitución de un presidente constitucional, tras las medidas políticas y económicas de presión -sin llegar a la suspensión- que realizó para devolver al mandatario Jean-Bertrand Aristide a la presidencia de Haití en 1991 después del golpe de Raoul Cedras.
En una reunión con carácter de urgencia, el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, recomendó la medida, ya que dijo que no existía "otra alternativa" más que expulsar al país centroamericano ante su negativa a reinstaurar en el poder a Zelaya. Insulza estuvo en Honduras el pasado viernes donde intentó, en vano, persuadir al Gobierno interino de Roberto Micheletti de que devolviese a Zelaya su mandato democrático tras serle arrebatado hace una semana, cuando fue expulsado del país a punta de pistola y enviado a Costa Rica.
En la Asamblea de Washington participaron, además de Zelaya, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y su homólogo uruguayo, Fernando Lugo. Zelaya anunció que en el previsto viaje de retorno a su país le acompañarían Fernández y el presidente de Ecuador, Rafael Correa. Sin embargo, Insulza quiso advertir ayer de posibles enfrentamientos en Honduras ante el eventual retorno del depuesto mandatario. Los Gobiernos de Canadá y Costa Rica también han advertido contra la idea, ya que no hay garantías sobre su seguridad personal.
Durante su turno de palabra, Zelaya aseguró que regresaría a su país "porque es necesario que se restaure la paz". "El viaje es un hecho", declaró Carlos Sosa, quien se autoproclamó "ex embajador" de Honduras ante la OEA debido a la suspensión actual del país. Ante la pregunta de si el viaje se haría en avión comercial o privado, Sosa respondió: "Necesariamente tiene que ser privado". Zelaya dijo que "con esta sanción, el Gobierno de facto de Honduras está totalmente aislado del resto del mundo". "Aplaudo esta resolución porque está poniendo a prueba con este golpe a la democracia en Honduras", prosiguió el defenestrado presidente. "Estamos probando que tenemos una forma operativa de funcionar y de declarar las condiciones para que el mundo siga funcionando", finalizó. Insulza no quiso confirmar ayer si viajaría con Zelaya.
La suspensión margina temporalmente a Honduras de toda participación en la OEA, pero el país debe seguir observando sus normas -las relativas a derechos humanos, por ejemplo-. Los cancilleres reunidos en Washington acordaron "alentar" a las organizaciones internacionales a que "revisen sus relaciones con la República de Honduras durante el periodo de gestiones diplomáticas para la restauración de la democracia y el Estado de derecho" y el retorno al poder de Zelaya.
La sanción del principal organismo diplomático de la región influirá en el otorgamiento de créditos del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, que ya han congelado sus préstamos a Honduras, préstamos vitales para el paupérrimo país productor de café y plátanos. A esa paralización de los créditos se sumó ayer el anuncio del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aliado de Zelaya, de no exportar más petróleo al país, lo que podría suponer un duro revés para la débil economía hondureña.
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