Mladic compromete a Serbia
Los diarios del ex general serbobosnio, acusado del genocidio de Srebrenica, detallan el apoyo dado por Slobodan Milosevic a la guerra en Bosnia
Fue un hallazgo de tinte cinematográfico. Después de haber registrado varias veces la casa de Rat-ko Mladic, el general serbobosnio acusado de crímenes de guerra y genocidio por el asesinato de cerca de 8.000 varones musulmanes en Srebrenica (1995), la policía de la República Serbia probó con tecnología extranjera. Una cámara a la que no se resiste ni el cemento armado. Y allí estaba la presa: 18 diarios escritos en cirílico, 120 grabaciones, tarjetas telefónicas y múltiples documentos. No es el primero, pero sí el más detallado recuento de las guerras de los Balcanes en los noventa, descritas en 3.500 páginas. Y lo firmaba el prófugo más buscado de la justicia internacional.
Hace dos meses, el paquete llegó a La Haya, al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Ahora empiezan a saberse algunos detalles de su contenido. Su análisis podría probar que el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y su Ejército tuvieron una participación directa en Bosnia. El Tribunal Internacional de Justicia, que trata de pleitos entre Estados, no halló pruebas de esa vinculación y exoneró en 2007 a Belgrado del pago de compensaciones.
El militar cuenta el conflicto de los Balcanes en 3.500 páginas de notas
A diferencia de las precisas notas de los nazis, que han servido para reconstruir el Holocausto, Mladic no menciona las muertes de Srebrenica. Es más, pasa de largo y cita un encuentro con "oficiales de la OTAN y de Naciones Unidas el 15 de julio". Las muertes se conmemoran cada 11 de julio.
Lo que describe el militar, incluso con citas textuales, son unas conversaciones mantenidas con representantes bosniocroatas en las que les anima a la expulsión del territorio de la población musulmana. En los apuntes aparecen frases como esta: "Tenemos que ponernos de acuerdo en dos o tres cosas. Los musulmanes son nuestro enemigo común", anota Mladic en 1994, citando a Jadranko Prlic, un antiguo líder croata a quien el TPIY le juzga por crímenes de guerra y contra la humanidad.
En aquel encuentro, al que también asistió el ex líder serbobosnio Radovan Karadzic, se afirma que hay varias maneras de someter a los musulmanes, "por vía militar, rompiendo su fortaleza". En otra entrada del diario, Mladic es más explícito todavía: "Matar a 50.000 musulmanes más no conduce a nada, enseguida se recuperan". "Hay que intercambiar a la población". Según Mladic, estas palabras fueron pronunciadas por el ex general croata, Slobodan Praljak, también procesado.
Para la Fiscalía del Tribunal para Yugoslavia, se trata de un material precioso que podría servir al proceso que se sigue contra Radovan Karadzic. "Los documentos figuran entre los más importantes recibidos nunca por el TPIY", dice Serge Brammertz, el fiscal jefe.
Con una precisión militar, el ex general, que permanece escondido lejos del alcance de la justicia, detalla envíos de combustible, armas, tropas y operaciones estratégicas. Algunos encuentros con Slobodam Milosevic también fueron anotados, un dato esencial. Los fiscales esperan demostrar en ellos lo que denominan "cadena de mando". Es decir, que la cúpula serbia estuvo metida directamente en la guerra. De probarse, podría tener repercusiones jurídicas en el otro tribunal.
Según el ex presidente Milosevic, que murió en 2006 antes de ser sentenciado, tanto los rebeldes serbios como las tropas serbobosnias actuaron de forma unilateral. Él no tenía poder para dirigirles, puesto que era solo un político.
Aunque Mladic ignora Srebrenica en sus papeles, las familias de las víctimas no olvidan. La justicia holandesa acaba de recibir una demanda por genocidio contra Thom Karremans, comandante de los cascos azules destacados en la ciudad bosnia hace 15 años. El subcomandante Rob Franken, y el ayudante Berend Oosterveen, son también demandados. Les denuncia Hasan Nuhanovic, traductor de los soldados de Holanda en la base de Poticari, a las afueras de Srebrenica. Perdió a su padre y hermano. La otra rúbrica es de los parientes del electricista Rizo Mustafic, que arreglaba desperfectos y está aún desaparecido.
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