Lech Kaczynski, enterrado como un héroe en Cracovia
Decenas de miles de personas siguen el funeral del presidente fallecido en un accidente aéreo, que se desarrolló con la ausencia de numerosos dignatarios
Como un héroe, junto a las grandes figuras históricas de Polonia, el presidente Lech Kaczynski ha sido enterrado ayer en Cracovia ocho días después del accidente aéreo que le costó la vida a él y a decenas de cargos políticos y militares. El sepelio pone fin a una semana de luto nacional sin precedentes en el país centroeuropeo, que ha demostrado que ya es una democracia consolidada tras su rápida reacción ante una tragedia que ha descabezado al Estado, y abre paso a una nueva etapa política que culminará con la celebración de elecciones anticipadas en junio.
Dirigentes polacos y extranjeros se congregaron en la Basílica de Santa María, en el centro histórico de Cracovia , para asistir a un funeral de Estado que se vio deslucido por la ausencia de la mayoría de líderes mundiales que habían confirmado su asistencia y que cancelaron el viaje por la paralización del tráfico aéreo en Europa a causa de la nube de ceniza de un volcán de Islandia. Pese a todo, el presidente checo, el euroescéptico Vaclav Klaus, no pudo evitar criticar que en el entierro no hubiera ningún representante de Bruselas. Quien pudo asistir es el presidente ruso, Dmitri Medvédev , que escenificó así el acercamiento estos días entre Polonia y Rusia, cuyas relaciones han sido muy tensas desde 1989.
"¡Lech Kacynzski, Lech Kaczynski!", coreaba una multitud reunida en la plaza del Mercado de la antigua capital de Polonia, que se llenó de banderas nacionales y flores, cuando salieron los féretros con los cuerpos del presidente fallecido y su esposa, Maria Kaczynska, que también viajaba en el avión. Después, el silencio se adueñó del recorrido hasta el castillo de Wawel, donde fueron enterrados. Se calcula que unas 150.000 personas asistieron a los actos de ayer. "Por primera vez el pueblo polaco se está identificando, de forma unida, con el Estado y sus instituciones, y no sólo con su religión o procedencia", afirma el sociólogo Adam Przeworski.
Frente a los ataúdes de la pareja presidencial, cubiertos con la bandera blanca y roja polaca, el cardenal Stanislaw Dziwisz dio las gracias a Rusia durante la misa: "La tragedia que sucedió hace ocho días y la compasión y ayuda dada por Rusia estos días nos da esperanzas para unas mejores relaciones entre nuestras dos grandes naciones". El accidente del pasado 10 de abril sucedió en Smolensk (Rusia), cuando la delegación oficial encabezada por el presidente Kaczynski se dirigía al bosque de Katyn , situado a pocos kilómetros para conmemorar el aniversario de la matanza de 22.000 militares polacos por Stalin en 1940.
La decisión de enterrar a la pareja en la catedral del castillo de Wawel ha provocado protestas por parte de ciudadanos que se han estado manifestando en Cracovia estos días y también por parte de la prensa (el diario Gazeta Wyborcza ha calificado la decisión de "precipitada"), varios intelectuales e incluso miembros de la Iglesia. Los críticos consideran que el lugar de Wawel, donde están enterrados los reyes de Polonia y Marshal Josef Pilsudski (considerado el padre de la Polonia moderna), debe seguir reservado a los héroes del país y a figuras que han unido a la población.
Con su política ultraconservadora y su obsesión por perseguir el pasado comunista, el presidente fallecido, en el poder desde 2005, dividió al país en más de una ocasión. Los sondeos indicaban que iba a perder las próximas elecciones, previstas para otoño y que se han adelantado a junio.
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