Israel retira a toda prisa sus tropas de Gaza
Hamás canta victoria y advierte de que volverá a rearmarse
Los acontecimientos diplomáticos se suceden a velocidad de vértigo, casi al mismo ritmo que la retirada de las tropas israelíes de Gaza. Funcionarios del Gobierno de Ehud Olmert han asegurado hoy que la evacuación de los soldados se completará mañana martes, antes de que Barack Obama asuma la presidencia en Estados Unidos y antes del plazo de siete días fijado por Hamás. Un movimiento islamista que, tras resistir una embestida brutal, se ha mostrado hoy desafiante. "El enemigo ha fracasado. No ha conseguido sus objetivos", ha afirmado el primer ministro, Ismail Haniya. Los portavoces de su milicia han advertido de que continuarán el rearme pese a los intentos de bloquear su abastecimiento.
"Haced lo que queráis, pero traer armas y fabricarlas es nuestra misión, y sabemos cómo conseguirlas", ha afirmado enmascarado Abu Obaida, portavoz de las Brigadas Ezedín el Kassam. Los policías del Gobierno de Haniya se han desplegado inmediatamente en las ciudades para dejar patente quién ostenta el control en Gaza. Como se observaba hoy en las carreteras del sur de Israel a cientos de reservistas de regreso a sus pueblos y ciudades, y camiones y vehículos militares hacia sus bases.
A sus espaldas abandonan un territorio arrasado en el que se han destruido o dañado seriamente el 15% -25.000- de las casas de Gaza, según una agencia de Naciones Unidas. Un oficial citado por el diario Maariv lamentaba: "Si hubiera dependido de las tropas, habríamos arado con excavadores el centro de la ciudad de Gaza". Más de 1.300 palestinos, la mayoría civiles, han muerto bajo el fuego israelí en una campaña despiadada de 23 días.
"Mataban también a los animales, a los burros y las vacas", comentaba un residente de la franja que visitó las zonas agrícolas y ganaderas. A las acusaciones de médicos y funcionarios de Naciones Unidas de que el Ejército israelí empleó bombas de fósforo blanco en zonas densamente pobladas y proyectiles que provocan amputaciones de piernas y quemaduras que alcanzan los huesos, se ha sumado hoy la imputación de varios Gobiernos árabes. Aseguran que también lanzaron munición con uranio empobrecido.
El panorama era pavoroso en varios campos de refugiados y barrios de Gaza. Aunque Israel franquea el paso a algunos cooperantes, a la inmensa mayoría de los periodistas se les sigue prohibiendo la entrada. Esgrimían razones de seguridad para vetar su presencia, pero esos motivos han desaparecido y la censura informativa prosigue.
Es ahora el turno de la reconstrucción, que se calcula en torno a los 1.500 millones de euros, y las iniciativas políticas. Porque si en el campo militar no hubo color -pese a que Hamás disparó el último-, en el ámbito diplomático las perspectivas no son halagüeñas para Israel. El presidente Mahmud Abbas, cuyo descrédito entre la población palestina alcanza cotas desconocidas, hizo un llamamiento a la formación de un Gobierno de unidad nacional, algo a lo que se había negado hasta la fecha. Pero hay indicios más trascendentes.
Turquía ha reclamado hoy incluir a Hamás en las negociaciones de paz, mientras portavoces de la presidencia francesa han señalado que la UE levantaría el bloqueo económico a Gaza si ese Gobierno de unidad palestino ve la luz. De ser así, el giro en la posición de la UE, que considera a Hamás un grupo terrorista, sería copernicano. Y sólo cabría una lectura: el triunfo político de los fundamentalistas sería indiscutible. Al tiempo que se atisba una creciente presión diplomática sobre Tel Aviv. Es inaudito que varios primeros ministros y presidentes europeos acudan a una cumbre como la celebrada el domingo en Sharm el Sheij (Egipto) sin que las partes beligerantes (Israel y la Autoridad Nacional Palestina) estén presentes.
El premier británico, Gordon Brown, habló de la necesidad de entablar negociaciones "serias" para resolver el eterno conflicto. Un término que deja entrever lo que opinan infinidad de analistas: Israel no ha tenido voluntad política de que esas negociaciones lleguen a buen puerto. O dicho de otro modo, y parafraseando al ex presidente Bill Clinton: el problema es la ocupación, estúpido. Mañana, los 27 ministros de Exteriores de la UE se reunirán en Bruselas con la jefa de la diplomacia israelí, Tzipi Livni, y el próximo domingo con sus homólogos de la Autoridad Palestina, Egipto, Jordania y Turquía.
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