Human Rights Watch clama por una vuelta a la defensa de los derechos humanos
La organización denuncia que países como China, Rusia o Egipto han ganado la partida
"Los tipos malos han puesto más energía en atacar los derechos humanos que los buenos en defenderlos". Si hay alguna manera de resumir un estudio de más de 500 páginas en una frase, Reed Brody, portavoz de Human Rights Watch, cree que podría ser ésta.
En su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, Human Rights Watch, organismo dedicado a su defensa, señala que los países más implicados en su apoyo han perdido peso en detrimento de aquellos que no los respetan, como Egipto, Rusia o China. En el informe se asegura que algunos defienden el derecho de los gobiernos "a hacer lo que quieren", con argumentos como la soberanía, la no injerencia y la solidaridad internacional.
"Los países que más presencia han tenido en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU han sido aquellos que han dedicado todos sus esfuerzos a luchar en su contra", ha asegurado Brody a ELPAÍS.com desde Bruselas.
El informe apunta también que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) ya no son los únicos que abogan por el cumplimiento de los derechos humanos en el mundo; países como Chile o Uruguay han apoyado sistemáticamente las iniciativas lanzadas desde el Tribunal Penal Internacional y desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. "Tras los ataques del 11 de septiembre, el silencio de Estados Unidos en el Consejo de Derechos Humanos en temas como la tortura ha sido significativo, y la UE ha dedicado más tiempo a intentar generar consenso que a políticas de apoyo", señala Brody.
Esperanzas en Obama
Desde Human Rights Watch confían en que "muchas de las políticas de Estados Unidos cambien con el nuevo presidente, principalmente aquellas que conciernen a la guerra contra el terrorismo". "Esperamos que Obama adopte posturas diferentes en relación a temas como Guantánamo, y que retome sus compromisos con el consejo de la ONU".
El portavoz de la organización también ha apuntado que la actual crisis económica podría tener repercusiones en el respeto a los derechos humanos en el mundo, sobre todo en lo que se refiere a la tolerancia de los gobiernos frente a los inmigrantes y a los refugiados.
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