La oposición denuncia una veintena de muertos en las protestas de Túnez
El Gobierno reconoce 14 fallecidos en las ciudades de Thala, Rgeb y Gassrine, según información de la agencia de noticias oficial
La ola de violencia y la represión policial continúa en Túnez. La oposición de ese país ha informado hoy de una veintena de muertos, la mayoría por disparos de la policía durante la madrugada del sábado al domingo. El Gobierno del país norteafricano, a través de la agencia oficial TAP, ha confirmado 14 víctimas mortales. De las seis últimas, cuatro han muerto en Rgeb y dos en Gassrine. Según el Ministerio del Interior, otras cinco víctimas, estás registradas en Thala, ciudad fronteriza con Argelia, se produjeron después de que una turba intentara asaltar un edificio del Gobierno con cócteles molotov, y desoyera los disparos disuasorios de la policía.
El Ejecutivo achaca los incidentes a la acción de extremistas que desean desestabilizar el país y ha indicado que también hay tres policías heridos de gravedad. La mecha de la violencia prendió después de que en Argelia se hayan producido disturbios por el alza de los precios de productos básicos.
Mientras, la calma parece haberse reinstalado de momento en las diferentes regiones de Argelia tras cinco días de revueltas y pillaje, durante las cuales tres personas murieron y unas 800 resultaron heridas, informa Efe. El ministro del Interior, Daho Ould Kablia, en una declaración a la agencia de prensa oficial APS, ha confirmado este balance. También ha indicado que la policía y la Gendarmería han contabilizado 736 heridos entre sus efectivos, mientras que el número de manifestantes lesionados es de 53. Medios locales argelinos elevan hoy la crifra de muertos a cinco.
Europa guarda silencio
Ante la represión en el Magreb, la Unión Europea y los Gobiernos y partidos políticos del sur de Europa guardan silencio. Es así a propósito de Argelia y de Túnez, cuyo régimen es mucho más autoritario que el argelino, hasta el punto de intentar establecer una censura férrea sobre Internet, y sus adversarios en la calle mucho más pacíficos que los jóvenes argelinos. Aun así hay hasta ahora más muertos y heridos por disparos policiales en Túnez que en Argelia, informa Ignacio Cembrero.
El Reagrupamiento Constitucional Democrático, el partido hegemónico que encabeza el presidente tunecino Ben Alí, es miembro de la Internacional Socialista y aún así ninguno de sus correligionarios europeos ha pedido, por ejemplo, su expulsión de la organización. El PSOE no se pronuncia, mientras que la secretaria de derechos humanos de los socialistas franceses, Pouria Amirshahi -no la dirección del partido en su conjunto- emitió un comunicado condenando la "brutal represión".
Como ya sucedió con el golpe de Estado militar en Mauritania en 2008, los acontecimientos de Túnez han puesto de manifiesto el enfoque diametralmente opuesto de EE UU y de la Europa del sur sobre los derechos humanos en el norte de África.
El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, reveló el viernes que la víspera el embajador tunecino en Washington había sido convocado para pedir al Gobierno de Túnez que "respete el derecho del pueblo a manifestarse pacíficamente". Se le trasladó también la preocupación que suscita la intromisión de las autoridades en las redes sociales en Internet para cercenar la libertad de los que las utilizan.
Cuando en Washington hablaba Crowley, la ministra francesa de Exteriores, Michèle Alliot-Marie, recibía en París a su homólogo tunecino, Kamel Morjane. "No hubo una declaración; no hubo un solo micrófono a la salida", señalaba la emisora pública francesa RFI. "Fue una visita silenciosa", concluía. En Madrid y en Roma, otras dos capitales europeas afines a Túnez, también se guarda silencio.
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