Extremistas paquistaníes incendian 27 camiones cisterna de la OTAN
El ex presidente Musharraf funda un nuevo partido y anuncia su vuelta al país
El incendio en la madrugada de ayer de 27 camiones cisterna de un convoy de aprovisionamiento de la OTAN en el sur de Pakistán refleja el creciente malestar existente en el país por las incursiones de los helicópteros de la OTAN en las zonas fronterizas con Afganistán. En Pakistán suena ruido de sables y el presidente Asif Alí Zardari se encuentra cada día más arrinconado entre los insurgentes y su absoluta impopularidad. El evidente deterioro de las relaciones entre Islamabad y Washington se plasmó en el cierre, por segundo día consecutivo, del paso de Khyber, que corta la principal arteria de suministro de las tropas desplegadas en Afganistán.
Mientras, en Londres, el ex presidente Pervez Musharraf advirtió contra un nuevo golpe de Estado y anunció la formación de un partido político con el que concurrir a las elecciones presidenciales de 2013, informó Reuters. Musharraf, que abandonó la jefatura del Estado en agosto de 2008 ante la amenaza de ser enjuiciado por corrupción, expresó su temor a que Pakistán -que posee al menos 60 cabezas nucleares- se haga "ingobernable" y se rompa. General hasta que colgó el uniforme al final de 2007 para ser presidente civil, Musharraf llegó al poder en 1999 tras dar un golpe de Estado.
El ex dictador militar alerta del peligro de un golpe de Estado
Los camiones de la OTAN se encontraban estacionados para pasar la noche en la sureña ciudad de Shikarpur, cercana al puerto de Karachi, donde fueron desembarcados. Una docena de militantes enmascarados y armados con lanzagranadas y fusiles automáticos advirtieron a los chóferes para que salieran de los vehículos y, a continuación les prendieron fuego, según el diario paquistaní The Nation. La policía indicó que fueron detenidos 10 extremistas, aunque no parece que fueran los responsables del incendio. Decenas de camiones se encuentran bloqueados en las inmediaciones de Khyber (noroeste del país), a la espera de que las negociaciones entre el Pentágono y el Gobierno paquistaní logren la reapertura de ese paso fronterizo. Dos tercios de todos los suministros que precisan los 152.000 soldados extranjeros desplegados en Afganistán llegan a través de Pakistán. El tránsito por la frontera de Quetta (en el oeste del país, frente a la ciudad afgana de Kandahar) funcionaba ayer con normalidad, pero la situación puede tornarse insostenible en los próximos días si el paso de Khyber continúa cerrado.
En una entrevista con la BBC, Musharraf, que vive exiliado entre Londres y EE UU, se mostró convencido de que ganará las presidenciales y sacará a Pakistán de la "patética situación" en que se encuentra sumido. Musharraf se mostró a favor de dar a las Fuerzas Armadas "poderes constitucionales" para que intervengan en el país. Rechazó la posibilidad de que le encarcelen a su regreso, pero dijo temer que atenten contra su vida. El diario paquistaní Dawn, sin embargo, señalo que le estarán esperando los jueces.
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