¿Excarcelados o expatriados?
Ayer llegaron a Madrid los siete primeros prisioneros políticos cubanos, de los 52 que Raúl Castro se comprometió a excarcelar en los próximos cuatro meses durante la visita del ministro español Moratinos y tras la mediación de la Iglesia Católica en la isla.
Entre los siete, figuran tres periodistas, José Luis García Paneque y Pablo Pacheco Ávila, ambos apadrinados por RsF y el corresponsal de Reporteros sin Fronteras, Ricardo Gonzáles, encarcelado como los restantes 75 presos de conciencia en la Primavera negra de 2003. A día de hoy, permanecen entre rejas otros 18 periodistas, a la espera de entrar en esa "lista hacia la libertad" que el cardenal Jaime Ortega consiguió llevar a buen puerto, en sus encuentros con el régimen. Todos ellos fueron encarcelados tan sólo por expresar su opinión. Con esperanza pero con cautela aguardamos a que el presidente cubano cumpla la palabra dada ante la Iglesia y ante nuestro ministro de Asuntos Exteriores y libere a estos 52 opositores y a todos los del Grupo de los 75 que tan injustamente fueron condenados a penas de hasta 28 años de prisión.
Lástima que el gesto del régimen no hay sido lo respetuoso con los derechos humanos que todos hubiéramos deseado. Lástima que haya tenido que morir en la cárcel uno de estos prisioneros, Orlando Zapata. Lástima que otro, Guillermo Fariñas, haya estado al borde de perder la vida también por una huelga de hambre pidiendo la excarcelación de los compañeros más enfermos. (No sabemos aún si logrará recuperarse y qué secuelas le quedarán de por vida. Hablando el viernes pasado con su mujer, Clara, explicaba sus temores por la muy delicada salud de su marido). Lástima que la policía maltratara a finales de año a los blogueros Yoani Sánchez y Orlando Luis Pardo. Lástima de tantos años de represión contra la prensa y los periodistas. Lástima que el viejo Comandante, en su reaparición ante las cámaras de televisión el lunes, ni tan siquiera los mencionara.
En el caso de los siete represaliados que ayer llegaron a Madrid procedentes del "gulag" cubano, es cierto que han sido excarcelados pero no han podido regresar a sus hogares. Que los tienen. En la isla. Fueron trasladados directamente al aeropuerto José Martí, en donde finalmente pudieron reunirse con sus familias. Por expreso deseo, los siete han optado por venir a España pero con una directiva muy explícita del régimen: ya nunca podrán regresar a Cuba. A este gesto claramente atentatorio contra los derechos humanos más elementales se le llama expatriación. Es un castigo durísimo. Los que opten por quedarse obviamente no tendrán ocasión de contar las atrocidades sufridas.
Supongo que los siete opositores cubanos, tanto tiempo incomunicados con el exterior, se habrán enterado ya de la muerte, esta semana en Miami, de la celebérrima cantante cubana de boleros Olga Guillot, exiliada desde la revolución castrista. Su éxito más popular Contigo en la distancia, amada mía estoy seguramente hoy sonará en sus corazones de esta manera: "Con Cuba en la distancia, amada mía, estoy". ¿Para siempre?
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